Juárez el Ave Fénix

Gracias a un esfuerzo compartido Juárez ha salido adelante. Hay avances en la seguridad, empieza a manifestarse un boom comercial y hay en perspectiva millonarias inversiones en obra material. Empero, la culminación de la lucha contra la adversidad en sus distintos frentes es esencial.

La diferencia entre el ayer cercano y el presente es indudable. Hace tres o cuatro años Ciudad Juárez era una población azorrillada que vivía en el pánico por razones de peso: una cuota diaria de asesinatos que a veces llegaba a dos decenas.

En ese clima de muerte muchos juarenses abandonaron sus hogares y sus negociaciones, por lo que la desolación se sumó al desempleo y el comercio alicaído, en lo que era una tragedia urbana.

La imagen de esta urbe era deprimente: las casas no eran adornadas ni durante la época navideña porque la gente no quería hacer notar su presencia, y las calles cotidianamente estaban sombrías.

Más, con todo eso, una lucha tenía lugar. En plena crisis hubo gente que permaneció con un ánimo vertical, tanto entre los comerciantes como en las esferas de gobierno y la ciudadanía. Algunas voces, en lo más álgido de la situación, llegaron a expresar en condiciones de las que fui testigo: “Pues yo no me voy a ir de Juárez” ¡Sólo muerto!”

De esa forma, la brega para reivindicar la ciudad se llevó a cabo entre altibajos. Vino el Ejército y tomó las calles entre controversias. Después le tocó el turno a la Policía Federal, dando origen, también, a reacciones encontradas.

Luego, con la segunda llegada de Héctor Murguía al Palacio Municipal, hizo acto de presencia en Juárez Julián Leyzaola, como jefe de Seguridad Pública del Municipio. Venía precedido de lauros y de fama, con una capacidad de la que, se dijo entonces, dejó muestras en Tijuana.

Hasta el día de hoy, su tarea ha sido fructífera, a pesar de que ha tenido costos en vidas y de que la percepción de algunos juarenses en relación a él no es positiva.

Últimamente Leyzaola dedicó su atención al centro histórico, donde los extorsionadores amenazaron al director de Comercio, en su intención de que personal de esa instancia municipal se encargara de cobrar cuotas a los comerciantes.

Por otra parte, la economía mejoró merced a las inversiones y a que disminuyó el desempleo, generando un boom comercial que hace tiempo no se miraba en la población. Esto se patentiza, por ejemplo, en la avenida Gómez Morín, de manera principal en los fines de semana por las noches, en los negocios que hay a lo largo de la rúa.

Los clientes se amontonan de un modo que debiera de ser un contento no nada más para los dueños de los restaurantes y clubes nocturnos, sino hasta para cualquier juarense. Y es que no se trata sólo de la alegría nacida del esparcimiento de los parroquianos ni del tostón o el peso que el propietario de un determinado establecimiento se gane en cada orden. No. Eso es tan obvio, que ni cabe mencionarlo.

La verdad es de más fondo, si enfocamos la cuestión desde una perspectiva “holística” o universalista. Significa nada más y nada menos que Juárez está resurgiendo. Quiere decir que la noche negra ha terminado y que nuestra patria chica, varias veces centenaria, ha triunfado una vez más.

Pero las campanas no deben ser echadas a vuelo en la despreocupación. Al contrario. Ahora más que nunca debemos amar a la ciudad y preocuparnos por ella, involucrándonos en su progreso. Por mi parte, yo le pediría a Héctor Murguía que en el poco más de un año que le queda como alcalde empeñe el máximo de sus esfuerzos en hacer que cristalice el total de su proyecto.

Entre lo que resta, aparte de llevar a buen fin la restauración del orden legal y la tranquilidad en el centro histórico, se encuentra el caso de la Policía Municipal. Ésta, a pesar del buen papel que ha desempeñado bajo el mando de Leyzaola, aún es señalada por los abusos y corruptelas a que son afectos algunos agentes echados a perder.

“Teto”, por la naturaleza de su cargo, en esta coyuntura enteramente favorable para nuestra población, es el coadyuvante necesario para que culmine el resurgimiento de Juárez, en una indeclinable labor de “picar piedra” ante el gobernador y hasta con el virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto.

Nota publicada en diario.com.mx