Filias y Antis

La gente joven debe saber por qué se pide que determinado Juez se abstenga en decidir sobre una sentencia, en razón “a su cercanía con el APRA”. El trasfondo elude lo jurídico para evidenciar un viejo encono político. Lo sentenció alguna vez Luis Alberto Sánchez: el día que nació el aprismo nació el antiaprismo.

Nacido del pensamiento de Haya de la Torre, el aprismo es una ideología y un partido de masas. En algún momento se afirmaba que el aprismo convocaba con facilidad a un tercio de la población nacional. En consecuencia es fácil entender que en cualquier familia alguien podía ser aprista. Y con ello convivieran adhesiones frente a desavenencias y aún odios.

El antiaprismo se encargó de generar la idea de que tener un familiar aprista era algo cercano a un delito. Y de eso se ha venido alimentando con el tiempo, para desembocar en los arrebatos y las iras de estos días.

Lo que no entienden los antiapristas –ideológicos o genéticos- es que la gente sana mental y éticamente no depende de los apasionamientos. Para actuar con justicia se necesita de principios, no de simpatías ni mucho menos de odios.

Si todos los que tienen un familiar aprista debieran abstenerse por lo que éste hace, Edgardo Seoane no debió ser nunca vicepresidente de la república porque era hermano de Manuel Seoane, nada menos que el número 2 del APRA. Y si la abstención es obligatoria cuando existe un presunto vínculo a favor, también debiera darse cuando el vínculo es en contra. Por tanto el congresista Tejada no debió presidir jamás la “megacomisión”, tanto porque su abuelo es aprista como porque su padre es antiaprista.