[Perú] Una reconstrucción de verdad

Mg. Jorge Luis Martínez, autor de estas líneas

“No olvidemos nunca esta verdad fundamental: EL Estado no tiene más dinero que el dinero que las personas ganan por sí mismas y para sí mismas. Si el Estado quiere gastar más dinero, solo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos no es correcto pensar que alguien lo pagara. Ese “alguien eres tú” no hay “dinero público” solo hay “dinero de los contribuyentes”  Margaret Thatcher

Lo que está sucediendo es una verdadera tragedia. Las imágenes de miles de compatriotas damnificados, carreteras destruidas, puentes venidos abajo, casas arrasadas por la furia salvaje de las aguas, propaladas por la televisión y las redes sociales, nos enrostran estremeciéndonos no solo los estragos que causa la naturaleza cuando la hora de imponernos su ley ha llegado, sino también la necesidad de reflexionar de una vez por todas sobre lo que se tiene que hacer, ya, de miras al futuro.

Es increíble, por otra parte, que un puente que no tiene ni diez años se haya venido abajo. Y que otro, ubicado en el Cercado de Lima, con más de cuatrocientos años (construido en 1610 por el Virrey Mendoza) resista incólume el embate de las aguas. Da que pensar. Asimismo, cabe recordar que la planta de La Atarjea se construyó en el curso de los años cincuenta y se modernizo a finales de los sesenta: ya es tiempo pues de modernizarla. Decimos esto no con el ánimo de atizar la cólera, sino porque, en medio de las tragedias y no sabiendo aún cuándo todo esto terminará, queremos que la reflexión se imponga y pasemos a reconstruir tomando en cuenta criterios de previsión a fin de que en el futuro, cuando esto vuelva a suceder, porque este fenómeno meteorológico se reproducirá con el paso de los años, el Ejecutivo pueda darse, a diferencia de lo que hoy sucede, abasto a la hora de llevar ayuda a los damnificados. Para no ver a alcaldes como el de Huarrmey clamando por ayuda al Presidente de la República. “¡Mi pueblo está bajo el agua, presidente! Tres días ya estamos bajo el agua y ninguna ayuda llega a mi pueblo, el cauce del río ha pasado por mi pueblo. Yo les pediría, con todo respeto, cinco volquetes y dos excavadoras para cerrar el desborde que tiene el río”, exclamó el burgomaestre.

El Ejecutivo tiene que reconstruir todas las ciudades afectadas, poner a disposición un nuevo alcantarillado pluvial, no permitir nunca más la construcción en las riberas, tal como han estado haciendo algunos alcaldes al autorizar la construcción de casas en estos lugares otorgando títulos de propiedad a diestra y siniestra. Que todo el peso de la ley recaiga sobre estos malos alcaldes: bastante daño han hecho, la naturaleza se ceba con los lugares donde ellos son autoridad. Señores del Ejecutivo, nos encontramos en pleno siglo XXI, un momento en la historia en el que la tecnología de construcción de asfalto que absorbe agua está a disposición: hagamos uso de ella a fin de que más adelante no se reproduzca este tipo de inundación en las ciudades de nuestra patria. Aprendamos de otros países, ¡por Dios! El caso de Holanda es de admirar y digno de emular. Un país que le ha ganado espacio al mar desde hace varios cientos de años y que  hoy exporta con gran dinamismo los frutos de su tierra. Si el Ejecutivo se jacta de tener recursos, que se contraten entonces ingenieros de los Países Bajos a fin de que nos asesoren de una vez por todas.

Es hora también de destinar los recursos públicos hacia este tipo de  reconstrucción. Las familias peruanas están primero. Las labores de prevención deben constituir ahora una prioridad. La prioridad nacional.