Como conducir bajo la luz de la luna: Oración

Nuestra reciente "súper luna" me hizo pensar en cuando conducía por las carreteras oscuras cerca de la casa de mis padres en Lake Lemon hace años. A veces la luna era tan brillante que apagábamos los faros. En una noche oscura, incluso con los faros encendidos, un conductor puede ver sólo 150–500 pies más adelante. Pero no dejamos de conducir, ¿o sí? No tememos lo que podría haber por delante en la oscuridad. Confiamos en que la limitada luz nos llevará hacia adelante.

Creo que la oración diaria es algo parecido.

Una encuesta Gallup reciente indica que el 55% de los estadounidenses dice orar todos los días, 79% dicen haber orado por sí mismos cuando estuvieron enfermos, y un 87% dice que oró por alguien que necesitaba curarse de una enfermedad. Estos resultados van en contra de lo que a menudo se presenta como la creciente secularización de la vida cotidiana y la cultura popular, que dice que la oración es una pérdida de tiempo, es decir, es lo mismo que “no hacer nada”. O los mensajes que dicen que Dios no existe, así que por supuesto la oración es inútil.

Cuando oro, afirmo la bondad y el amor de Dios. Me acepto a mí misma como imagen y semejanza de Dios. Y luego digo “no” a lo que parece ser el mal o una limitación en la vida y en el mundo. He leído la Biblia, buscando nueva inspiración en la vida de Jesús. Estudio interpretaciones de la Biblia tales como como Ciencia y Salud con Llave de las escrituras, por Mary Baker Eddy, regocijándome con algunas nuevas perspectivas y consuelo.

Entonces, al igual que conducir en la oscuridad con los faros encendidos, avanzo con la luz que tengo, con la inspiración de ese día. También podría buscar los faros de luz compartidos por otros en el camino delante de mí, especialmente aquellos que han sido curados o salvados del desastre cuando recurrieron a la divinidad. Estoy dispuesta a dar un paso adelante porque tengo suficiente confianza en que la luz iluminará el momento presente.

Confiar en Dios y en nuestro propio crecimiento espiritual es algo gentil. La Biblia dice: “Dios es nuestro refugio y fortaleza, auxilio en las tribulaciones”. Tuve prueba de esto en mi propia vida.

Hace años tuve una granja que fue subastada porque no pude hacer los pagos. Me sentí sola, desesperada y derrotada. Llamé a un amigo para que orara conmigo. Cada día, paso a paso oré, y en la semana siguiente apareció la solución perfecta: vender la madera, y se evitó la crisis. El estimado hombre que vino a comprar los árboles se convirtió después en mi esposo y padre de mi hijo. Este tipo de experiencia no es algo exclusivo para mí. Ustedes también pueden confiar en que sus oraciones están proporcionando exactamente la luz que ustedes necesitan.

Jesús dijo, en su prefacio a la oración del Señor, “Esto es lo que quiero que hagan: Busquen un lugar tranquilo y aislado... Estén allí tan simple y honestamente como puedan lograrlo. El foco se desplazará desde ustedes hacia Dios, y comenzarán a sentir su gracia” (interpretación en El Mensaje).

Se necesita humildad y confianza para dejar de lado el cinismo y la duda y escuchar con la esperanza de un poco de gracia, un poco de luz. Esta luz de momento a momento viene con la oración diaria. Es realmente todo lo que necesitamos para seguir adelante.

Sharon Vincz Andrews escribe sobre las conexiones entre la espiritualidad, la oración y el bienestar. Es Comité de Publicación de la Ciencia Cristiana para el estado de Indiana, USA. Twitter: @IndianaCSMedia

Este artículo apareció originalmente en elBloomington, IN Herald-Times