Para preocuparnos más

La extensa entrevista que un diario capitalino (EC. 11st17) tiene con el doctor Duberlí Rodríguez Tineo, Presidente del Poder Judicial, más allá -o precisamente- por la honestidad de sus respuestas hace más honda nuestra preocupación.  Aunque el tema de la eficiencia del sistema jurídico sea tarea de expertos, los efectos de sus debilidades y vericuetos, cuando no su voceada corrupción, recaen sobre todos.

Estos días están marcados por el recuerdo de la captura de la cúpula terrorista el año 1992, pero también por la liberación de personajes muy ligados a esos siniestros mandos. Eso intranquiliza porque hoy todo parece indicar que la ideología violentista sigue presente en algunas dirigencias gremiales. Cómo no preocuparse cuando es evidente el debilitamiento de los partidos políticos con ideología propia y trayectoria fecunda, pero también la fragilidad de movimientos más recientes que, o son un club de amigos o un feudo familiar sin consistencia institucional.

Porque la ley es la garantía de la coexistencia en sociedad es que preocupa los problemas de quienes la administran. Las implicancias de la acción política –el terrorismo es una de ellas- se combate con partidos políticos fuertes y se sanciona –en sus extravíos o infracciones- mediante organismos jurídicos rápidos y probos. Porque están fallando estos dos actores es que debemos preocuparnos mucho más.