Un tal García

Dante Ramos de Rosas, autor de estas líneas

Alan García Pérez, dos veces expresidente del Perú, ha dejado la política para siempre. Fue su vocación errónea por mucho tiempo, muy a su pesar.

En realidad él tiene una oculta virtud futbolera que el seleccionador Gareca ha ignorado con alevosía. Alan es eximio y consumado tapador de penales, pues los aparta y evita con suma astucia

Su técnica es depurada. Primero, inventa o crea escenarios de agresión a su persona diciendo que un golpe legal o blanco ha llovido sobre todo el sistema judicial y fiscal. Ese mismo sistema que se cernía sobre él para juzgarlo y enviarlo de frente a un penal por delitos de colusión entre otros.

El segundo paso, es negociar su entrada a una embajada cualquiera pidiendo asilo. No estará solo pues piensa desde ya convocar a algún parlamentario aprista y -o involucrado en corrupción en su gobierno- que esté a punto de caer, tanto como él, por pruebas acumuladas o delaciones consentidas. No necesariamente en la misma embajada uruguaya donde este tapador de penales acudió. Hay otras también.

El escenario a configurar es lograr una vana zozobra sobre el gobierno y provocar, por senderos inéditos, renuncias presidenciales o vacancias o lo que sea y pasar a su mayor sueño de verano 2019 bajo la regencia de la segunda vicepresidenta que fue su ministra de economía. Mercedes Araoz iría hacia un adelanto de elecciones. El perfecto escenario para que retorne sin gloria.

García si logra esto, ya no será llamado por Gareca, como el candidato que faltaba para su once perfecto goleador. Sera entrenador histórico. Pasará del anonimato de ser un tal García para ser laureado destinatario del futuro diferente que se trazó desde 1980, cuando le arrebató la legítima elección como candidato presidencial por el Apra a Andrés Townsend.

Las hijas del frustrado candidato le dijeron “gánster” cuando hizo anforazos y fraudes. Alan era secretario de organización. Ese fue su primer acto lesivo contra las conciencias de sus propios partidarios - y la suya propia - que consintieron el desastre traumático de su primer gobierno inflacionario y violador de derechos humanos de subversivos rendidos y obreros.