Los inmigrantes acampados en Tijuana después de viajar en una caravana para llegar a los EE. UU. evaluaron sus opciones este martes 20 de noviembre después de que un tribunal de los EE. UU. bloqueó la prohibición de asilo del Presidente Donald Trump para lquienes crucen de manera ilegal la frontera sur de los Estados Unidos.
Muchos dijeron que no tenían la intención de violar la ley, pero se sentían presionados después de las protestas contra los inmigrantes en esta ciudad fronteriza mexicana en medio de las afirmaciones de Donald Trump y el alcalde de Tijuana de que la caravana alberga a pandilleros y delincuentes, algo que ellos niegan enérgicamente.
Keven Paul Mejia, un exguardia de seguridad de 27 años de la capital hondureña, Tegucigalpa, dijo que había algunos delincuentes que viajaban con el grupo de varios miles de personas que fuman marihuana y se emborrachan.
No obstante, dijo, la mayoría son como él, con la esperanza de conseguir un trabajo en los EE. UU. "Hay más de nosotros que somos más buenos, que malos", dijo Mejía.
Herson Cordonez, un hondureño de 29 años, dijo que las acciones de unos pocos inmigrantes estaban manchando la imagen de los 4,000 a 6,000 en la caravana, y no todos han llegado a Tijuana. "No somos criminales, somos trabajadores migrantes", dijo Cordonez, y agregó que estaba considerando intentar ingresar a Canadá si Estados Unidos no lo quiere.