Junta Nacional de Justicia: pronto

El electorado votó a favor de la reforma constitucional para sustituir al Consejo Nacional de la Magistratura por la Junta Nacional de Justicia, aunque sin apreciar que hubiera sido más simple, eficiente y rápido, modificar la Ley Orgánica del CNM poniendo más requisitos y candados a los postulantes a consejeros, a fin de buscar idoneidad en el cargo y evitar que se incorporen al Consejo candidatos truchos.

Como no hay que llorar sobre la leche derramada, como reza antiguo aforismo, hay que ponerse a trabajar sobre lo que hay, y lo que tenemos es la JNJ, aunque todavía no esté promulgada y publicada la reforma constitucional que la crea y el Poder Ejecutivo se haya apresurado en enviar al Parlamento el respectivo proyecto de ley orgánica.

Si bien en términos generales es aceptable el proyecto al que nos referimos, tenemos que recordar, principalmente al Poder Legislativo, que lo que tenemos es una propuesta del Poder Ejecutivo, que deberá evaluar con prisa y sin pausa, aunque también sin exonerar de dictámenes de comisiones, alturado debate y dos votaciones en el pleno congresal.

No valdrán pechadas de ningún tipo, pues ya tiene experiencia el Congreso que cuando se deja avasallar las cosas no salen bien, como por ejemplo la enmienda constitucional para la no reelección parlamentaria, en que no defendieron los congresistas la histórica práctica de la reelección, que siempre fue muy selectiva, permitiendo que los experimentados pudieran hacer docencia con los primerizos.

En el Congreso deberá ponerse especial cuidado, al dictaminar y debatir el proyecto de ley orgánica al que nos referimos, sobre todo en algunos puntos que requieren especial cuidado.  En efecto, uno de ellos es el de la Secretaría Técnica de la JNJ, en que el anteproyecto la albergaba en el Ministerio de Justicia y que en el proyecto se pasó a la persona natural que seleccione la propia JNJ, lo que en buen romance significará, que cada vez que se nombre una nueva composición de la JNJ tendremos a nuevo secretario técnico, lo que no daría continuidad a las tareas ni tampoco garantizaría la conservación adecuada de antecedentes y archivos.  Por lo expuesto nos permitimos sugerir al Congreso que la Secretaría Técnica esté a cargo de la Defensoría del Pueblo, no solo por ser neutral, sino porque su titular preside la “Comisión Especial” que está a cargo del concurso y selección de los que serán miembros de la JNJ.

Como quiera que dos de los miembros de la “Comisión Especial” deben ser elegidos, uno por las universidades públicas y otro por las universidades privadas, ambas licenciadas y con por lo menos 50 años de antigüedad, lo lógico sería que el proceso seleccionador esté a cargo de la Asociación de Universidades del Perú (ASUP) y no por el Ministerio de Educación como señala el proyecto, que estaría confirmando la vocación estatista contra la autonomía universitaria consagrada en la Constitución.

Por último, y lo más grave, la composición prácticamente paritaria, entre damas y caballeros, de la JNJ. Aquí  nada tienen que ver los sexos, lo importante es la meritocracia, en que todos o parte de ellos pueden ser damas o varones.