Theresa May se juega la vida: la Cámara de los Comunes decide hoy si se queda o se va

La primera ministra británica Theresa May instantes después de conocer el resultado que le fue adverso

Dos meses y medio dista del último viernes del próximo mes de marzo, fecha en la que el Reino Unido, tal como está previsto en el cronograma de su divorcio con la Unión Europea, tendrá que dejar el bloque comunitario, al que ingreso hace poco más de 45 años, en el ya lejano 1973.

Poco más de ocho semanas plagadas de incertidumbre luego de que en el seno del Parlamento británico, la primera ministra Theresa May encajase ayer martes 15 de enero por la noche una aplastante y humillante derrota. El acuerdo que su Gobierno firmó con la Unión Europea a finales de noviembre del año pasado fue rechazado por 432 miembros de la Cámara de los Comunes.

Un duro revés para la primera ministra británica, quien nunca imaginó que la diferencia entre los que apoyaban y rechazaban el acuerdo que suscribió con Bruselas en el penúltimo mes de 2018 sería de 230 votos. Un escenario impensado por la actual inquilina del número 10 de la Downing Street, quien ya tiene asegurado por lo pronto un lugar en la historia. El de haber sufrido la más abultada derrota que un primer ministro haya podido encajar en Westminster.

Las consecuencias para el Reino Unido son por lo pronto de pronóstico reservado. El país está sumido en la más grave crisis política desde la Segunda Guerra Mundial y prácticamente se encuentra en estado de shoc, como suspendido en el tiempo que lo separa del viernes 29 de marzo, día en el que los súbditos de su Graciosa Majestad Isabel II sabrán finalmente en qué condiciones dejarán de ser miembros de la Unión Europea.

Como si la abultada derrota que le desencajó el rostro a la primera ministra británica no hubiera sido suficiente, Theresa May tendrá que vérselas hoy 16 de enero una vez más en el seno del Parlamento británico con los 650 diputados que lo conforman. Jeremy Corbyn -el no pocas veces excesivamente sagaz líder del laborismo inglés y de la oposición- ha presentado una moción de censura en su contra.

Tal como están las cosas, poco cuenta el hecho que la primera ministra Theresa May se haya mostrado confiada la noche del martes 15 de enero, inmediatamente después de conocido el resultado que por sí solo, según no pocos de sus detractores, debería haberla llevado a presentar su renuncia al cargo.   

De miras a salir airosa, Theresa May requiere los votos de los miembros de su partido y el de los de sus circunstanciales aliados, los diputados norirlandeses del DUP, quienes han dicho, por lo pronto, que no le negarían su apoyo en caso que la primera ministra se encontrara en esta situación.

Sin  embargo, dada el currículo de la vapuleada Theresa May cuando de obtener votos se trata, la interrogante sobre lo que harán los 118 diputados conservadores que votaron en contra del acuerdo que Theresa May firmó con la Unión Europea constituye una interrogante de respuesta reservada.