Los demócratas se preparan para librar una ruda batalla legal contra la declaratoria en emergencia de Donald Trump a causa de lo que él llama la crisis en la frontera con México. Los líderes demócratas en el Congreso estadounidense han hecho saber que harán uso de todos los instrumentos disponibles a fin de cerrarle el paso a la declaración de emergencia nacional del presidente Donald Trump. Una decisión orientada a desviar miles de millones de dólares con miras A construir un muro en la frontera sur.
“La declaración ilegal del presidente sobre una crisis que no existe violenta gravemente nuestra Constitución y hace a Estados Unidos un país menos seguro”, ha dicho la speaker de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, quien argumenta que Donald Trump echará mano de dinero necesario “para la seguridad de nuestros militares y nuestra nación”.
De acuerdo a Nancy Pelosi, la declaración del presidente Donald Trump altera el equilibrio de poderes del Estado. La decisión presidencial es sólo, sostiene la representante demócrata, una “manera más rápida de obligar a los contribuyentes a pagar la factura, después de que el Congreso no lo dejara (a Trump) hacerlo”.
El líder de la minoría en el Senado, el demócrata Chuck Schumer, ha dicho que la decisión de Donald Trump “usurpa el poder” del Congreso en lo que concierne al gasto. El senador Chuck Schumer advierte que los demócratas harán uso de todos los medios disponibles en el Congreso, los tribunales y el público con miras a cerrarle el paso a la “declaración ilegal”.
Por su parte, el gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, dijo en forma tajante “nuestro mensaje de regreso a la Casa Blanca es simple y claro: California lo verá (a Donald Trump) en la corte”, antes de añadir que el presidente estadounidense “está creando una crisis al declarar una ‘emergencia nacional’ inventada para tomar el poder y subvertir la Constitución”.
El pasado viernes 15 de febrero, Donald Trump anunció una declaratoria de emergencia nacional a fin de destinar fondos por ocho mil millones de dólares del presupuesto militar para la construcción de un muro en la frontera sur de Estados Unidos. El argumento presidencial: frenar el ingreso de drogas y pandillas a Estados Unidos.