Viernes 19 de abril 2024 | Contáctenos
El presidente Donald Trump parece preocuparse profundamente por la crisis humanitaria en Venezuela, pero no necesariamente por las razones que usted piensa. Su enfoque en Venezuela hoy en día es poco más que un plan para ayudarlo en sus posibilidades contra los demócratas en las elecciones presidenciales de 2020.
Trump usó un discurso el lunes en Florida para destrozar al presidente venezolano Nicolás Maduro por haber llevado a su país a una crisis, y tiene buenas razones para hacerlo. Bajo el gobierno del dictador, la inflación y las tasas de hambre se han disparado, y las enfermedades que alguna vez se pensó que habían sido erradicadas de Venezuela provocaron una nueva crisis de salud. Como era de esperar, todo esto y más han convertido a Maduro en un líder impopular tanto en casa como en todo el mundo.
Pero el objetivo de Trump no era solo el hombre Maduro, sino el socialista de Maduro. De hecho, el presidente pasó mucho tiempo argumentando que el socialismo es el verdadero culpable de los males de Venezuela.
"El socialismo ha devastado tanto a este gran país que incluso las reservas de petróleo más grandes del mundo ya no son suficientes para mantener las luces encendidas", dijo Trump en la Universidad Internacional de Florida. “Los socialistas han hecho en Venezuela las mismas cosas que los socialistas, comunistas, totalitarios han hecho en todas partes que han tenido la oportunidad de gobernar. Los resultados han sido catastróficos”.
Trump procedió a decir la palabra "socialista" nueve veces, "socialismo" 20 veces y "Maduro" solo 10 veces durante todo el discurso.
Entonces, ¿por qué Trump se está lanzando de repente contra los males del socialismo tan fervientemente? Tres palabras: 2020 candidatos demócratas.
Hay algunas razones por las cuales, pero en su esencia está Trump tratando de asustar a los votantes republicanos en la Florida y en otros lugares, porque los demócratas son un grupo de socialistas que pronto podrían convertir a los Estados Unidos en un infierno como el de Venezuela.
Por ejemplo, pocas horas después de que el senador Bernie Sanders (I-VT) anunció el martes que se postulará para la presidencia en 2020, la campaña de Trump emitió una declaración en contra de la ideología de izquierdas de Sanders y la comparó con la de Maduro.
Esto no es un juego nuevo. Los políticos han conectado durante mucho tiempo a los rivales domésticos con los problemas extranjeros para establecer fuertes contrastes ideológicos. En este caso, la táctica de Trump es persuadir a los votantes de que Estados Unidos seguirá el camino de Venezuela si la gente como Sanders se hace cargo. Es una extensión natural de las décadas de esfuerzos del Partido Republicano para etiquetar a los demócratas como trabajadores locos de extrema izquierda, utilizando algunas de sus simpatías por los socialistas extranjeros en su contra.
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