¿En qué quedamos señor Vizcarra?

Mg. Jorge Luís Martínez, autor de estas líneas

Una cosa es la opinión emitida por el hombre de a pie, otra es la que pueda surgir de los labios del presidente de la República. Ambos pueden estar diciendo lo mismo sobre el mismo tema, pero la connotación, conviene recordarlo, no es la misma. La distancia que separa a ambas, más allá del respeto que deba inspirarnos el hombre de a pie, se debe a que la opinión del presidente de la República es la que encuentra su origen en la persona que es cabeza de la sociedad organizada, el jefe de Estado. Un hecho, cabe recalcar, que, todo parece indicar, el presidente Martín Vizcarra parece no tener en cuenta. Remitámonos a los hechos.

"(La reparación civil se habrá hecho) con un cálculo en función de los parámetros. Yo creo que debería ser mayor. Si me dan una opinión personal, creo que debería ser mayor, pero tengo que respetar las instancias e independencia de poderes", dijo el presidente ante los periodistas a propósito de la reparación civil que la constructora brasilera Odebrecht deberá verter a nuestro país por el daño que con su corrupto accionar ha causado en nuestro país. "Vemos un Ministerio Público que ha fijado una estrategia para luchar contra la corrupción y nosotros tenemos que respetarla. En algunos temas puedo discrepar, porque siempre he dado mi opinión", agregó el primer mandatario.

Un momentito señor presidente, el Convenio con Odebrecht ha sido objeto de justificada crítica por las razones que todos conocen y, muy en particular, usted, señor presidente. El monto es ínfimo. Usted lo sabía. No pretenda tomar distancia con este hecho y explique por qué no le dio su opinión al titular del Ministerio de Justicia. Aunado a lo anterior, señor Vizcarra, díganos quién ha autorizado, sin reparación civil, la venta de Chaglla. Señor presidente, son más de mil millones de dólares que van a engrosar las arcas de la empresa brasileña. Díganos cómo es que el Gobierno opine al respecto que no, mientras usted diga exactamente lo contrario, sí. ¿Dónde está la coherencia del señor presidente? Parecería que usted olvida una vez más la Constitución, el hecho de que el Presidente de la República personifica a la nación.

Así las cosas, cabe subrayar que desde hace cuarenta días el cobre de Las Bambas (Apurímac) no llega a su destino; es decir, a los puertos, en particular al de Matarani. El mineral no puede ser exportado como consecuencia del bloqueo de la carretera que une a la mina localizada en Apurímac con el puerto arequipeño, haciendo trizas todo principio de autoridad y dañando malamente la economía de nuestro país: la noticia da la vuelta al mundo. A los inversionistas extranjeros, no quepa duda, no les apetece invertir en un país donde la autoridad no existe. El flamante premier Del Solar, desde el saque, tiene que resolver este asunto con los instrumentos legales que le da el Estado de derecho.

No hay tiempo que perder, el premier Del Solar tiene que ser expeditivo, pues la empresa MMG podría suspender sus operaciones si no se resuelve este gravísimo problema. Algo que perjudicaría malamente a nuestro país. Ya que, como señala el Instituto Peruano de Economía (IPE), tan solo en el periodo 2011-2014 se retrasaron inversiones mineras por más de US$ 21,500 millones. Un monto que se eleva a los 62 mil 500 millones de dólares, casi un 43% del PBI peruano en 2015, si se considera los efectos en la producción y el empleo, al igual que el costo de oportunidad total. El Perú, señor Vizcarra, no puede darse el lujo de que se produzca otro Efecto Conga. Más aún si sabemos que la economía mundial está atravesando por una fase de crisis, y el hecho de que la economía China ha ralentizado su crecimiento.

El sector privado espera cuanto antes las medidas económicas del Gabinete del Solar, que dentro de poco irá al Congreso de la República a solicitar la confianza del primer poder del Estado. Algo que, sin duda alguna, le será acordado. Pero que quede claro que el Gabinete Del Solar no debe solicitar más facultades legislativas. Que gobiernen con lo que tienen, sin generar confrontaciones con el Poder legislativo. Ya saben cuáles son los problemas prioritarios del Perú. El Perú esta primero, señores del Gobierno.