El arte que nos hace más humanos

Grover Pango, autor de estas líneas

Fue en 1954 cuando el 27 de marzo se inició la temporada en el Teatro de las Naciones de París. Lo que entonces se buscaba era recuperar la convivencia entre los países que habían vivido y protagonizado el dolor de la Segunda Guerra Mundial, finalizada nueve años atrás. Desde entonces el Día Internacional del Teatro invoca la paz para la humanidad.

Valorando la esencialidad humana que tiene todo arte, es el teatro el que nos aproxima más a la capacidad de entender y sentir lo que otros seres experimentan. El espectador en el teatro sabe que lo que está viendo no es verdad, pero acepta el juego que se le ha propuesto. Así logra ejercitar ese sentimiento singular llamado empatía -tan demandado en estos tiempos- con el cual puede ponerse en el lugar del otro. El maravilloso preludio de esa afinidad emocional está en los niños cuando, con títeres u otros muñecos, se involucran hasta el llanto con las peripecias de sus ocasionales amigos o agresores.

Mi homenaje a todos los teatristas del Perú y el mundo. Desde los actores –a quienes podemos ver- pero también los dramaturgos que dan el argumento, los directores con su personal enfoque y los técnicos que nadie ve pero hacen realidad la magia teatral. Desde Sófocles y Shakespeare hasta nuestro Manuel Asensio Segura.

“El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana” dijo García Lorca. Suficiente.