Nuestro Cine

Dante Ramos de Rosas, autor de estas líneas

Hoy Aldo Mariátegui en Perú 21 raja sobre la iniciativa de la dizque liberal Meche Araoz que ha sustentado el apoyo estatal al cine peruano. Con ese criterio yo también puedo presentar mi proyecto para pedir apoyo para mi compañía de títeres o de rayuelas o teatro ambulante sin recibo de honorarios.

La dirigencia liberal de Perú Nuevo visitó hace años a Aldo para que nos de cobertura en el diario “Correo” cuando era su director. Aldo es un tipo culto y muy documentado. Concordaba con todas nuestras ideas como son reducir el Estado radicalmente pero en lo único que discrepo fue en la desaparición del Banco Central de Reserva. Aldo se confesó friedmanita. Igual quedamos buenos amigos.

Al fin si se da el subsidio -poco liberal por cierto- de apoyar al cine nacional eso debería pasar por una consulta ciudadana mínima. Aldo dice que en España a la hora que vas a pagar tus impuestos hay un formulario con un casillero que te pregunta si puedes dar un mínimo aporte de tus impuestos a la iglesia para que aborde temas escolares. Lo mismo debería darse en el Perú. De lo contrario una gigante liga antifiscal se levantara para impedir más abusos estatales que favorecen a determinadas líneas laborales en contra discriminante de otras.

Insisto, me voy a presentar con mi proyectito al Ministerio de Cultura para que me paguen las giras de mi campaña de títeres. ¡Habrase visto que solo se la lleven el premier actor y yo no!

El film que ha obtenido el subsidio estatal es “La pasión de Javier” que cuenta la historia de la guerrilla fallida de Javier Heraud en los sesentas en las selvas de Madre de Dios.

Para mi fomentar estos subsidios tiene en el fondo sus ventajas ideológicas. Qué más queremos los que somos contrarios al violentismo socialista que se estrenen estos films que muestran, más allá de cualquier supuesto idealismo, los gruesos errores de una guerrilla mal preparada para tomar el poder o siquiera fogonear un estallido civil. 

Los guerrilleros Heraud y Allain Elías eran jóvenes de clase media acomodada, universitarios, blancos, de alta talla y no sabían ni pizca de los dialectos de la zona. Y eso que ya había Instituto Lingüístico de Verano -ILV- que estudiaba las lenguas nativas.

Velasco botó al ILV porque tenía pruebas que la CIA los financiaba. No me extrañaría que la CIA tenía la pista de Heraud. Igual tuvo la pista cuando se ubicó al guerrillero de la Puente Uceda. Eso lo dice el historiador Nelson Manrique en “La República”.

Heraud y cia. sabrían disparar pistolas y tirar dinamita pero antropológicamente no sabían nada de la zona y de la idiosincrasia nativa. No se les identificaba como propios o cercanos para ser aceptados y discurrir por la zona selvática. El soplonaje se dio en one.

Según Augusto Zimmermann que fue secretario de prensa del dictador Velasco, este le contó que quien dio el soplo al Comando Conjunto de la Fuerza Armada para ubicar a Heraud fue su amigo Sofocleo, el humorista piurano. ¡Terrible confesión!

No tarda en llegar otro film homenaje al fallido guerrillero Luis De la Puente caído en 1965. Bienvenidos esos films porque son actos fallidos inconducentes. Fallaron en todas las líneas. De la Puente era del mismo perfil de Heraud. Talla alta, blanco, universitario. No sabía nada de la zona andina por más que haya repartido sus tierras a sus trabajadores.

A ver si algún cineasta liberal se anima a filmar “El zorro de arriba y el zorro de abajo” o “Todas las sangres” de Arguedas que abordan al precapitalismo de alguna forma o el cuento de Valdelomar “El círculo de la muerte” que es una apuesta por el riesgo capitalista. Pero eso sí, sin subsidios. Con tu plata y no con mi plata ni la del vecino. Mientras yo me voy a pensar cuanto michi le voy a pedir al Ministerio de Cultura.