Cuestión de confianza: ¿ahora qué?

Un nuevo pulso entre dos de los tres poderes de más alto nivel del Estado peruano finalmente tendrá lugar. El presidente Martín Vizcarra escogió la tarde de ayer miércoles para dirigirse al país y hacer saber a todos los peruanos que ponía la cuestión de la continuidad del Gabinete de Salvador del Solar en las manos del conjunto de los padres de la patria.

El actual inquilino de Palacio de Gobierno no se fue por las ramas. Argumentando que “por las políticas de Estado de fortalecimiento institucional y lucha anticorrupción, que se manifiestan en la aprobación sin vulnerar la esencia de cinco proyectos de ley presentados”, señaló que presentará una cuestión de confianza ante el Congreso de la República.

Por segunda vez en lo que va del quinquenio presidencial que se inició el 28 de julio de 2016, y debe concluir el 28 de julio de 2021, esta vez por obra del sucesor del renunciante Pedro Pablo Kuczynski, los actuales parlamentarios tendrán que verse con una medida que pasa nada y nada menos por traerse abajo a un Gabinete Ministerial.

La pelota está, quién podría decir que no, en la cancha de quienes hoy conforman la actual, aunque muy golpeada y venida a menos, mayoría en el seno del Congreso de la República. La hora de las decisiones una vez más ha llegado. Fujimoristas y todos los que hacen suma con ellos tendrán que escoger entre la censura o resignarse al acto simple y llano de lanzar un guiño al decidido adversario de Palacio de Gobierno.

La decisión que tienen ante sí es crucial para quienes ocupan hoy un escaño en Palacio Legislativo. Pues de optar por no censurar a Salvador del Solar y a los suyos, los pocos márgenes de poder que les queda a quienes controlan algunas de las comisiones claves en la actual legislatura se reducirían, luego de haber inclinado la cabeza una vez ante Martín Vizcarra, a muy poco, por no decir otra cosa.

Y, aparte de resignarse a calificar de inconstitucional la convocatoria a elecciones legislativas en un horizonte menor a los cuatro meses que seguiría al día de la censura, de optar por esta, se estarían poniendo la soga al cuello si es lo que desean es no poner punto final a una de las dinámicas parlamentarias signada por niveles de confrontación insospechados con el Ejecutivo. Negándose en este escenario la posibilidad de ganar tiempo, algo de supremo valor en cuestiones que conciernen a la política.

Momento de prueba pues para los actuales padres de la patria. Tendrán que responder a la pregunta que siempre tienen ante sí aquellos que se encuentran solos contra su destino: ¿Ahora qué? Una interrogante, claro está, que tendrán que responder pensando sobre todo en quienes ellos, al igual que todos los que son elegidos por el soberano, se deben: el pueblo.

Algo, el pueblo, los millones de peruanos de a pie, que por lo que hemos visto en lo que va desde el 28 de julio de 2016 hasta la fecha, ha estado muy lejos, ajeno, del centro de las preocupaciones de muchos, por no decir otra cosa, de ellos.