Zarpazos

Dante Ramos de Rosas, autor de estas líneas

Me enseña las huellas de los zarpazos que heredó del combate antisenderista en los ochentas cuando era policía en Jaén al nor-oriente de Lima. Un dedo mocho del brazo derecho, otra cicatriz en la pierna izquierda y en el vientre más marcas. Tales imágenes desgarran. Luego se queja bajo el retrato del presidente Leguía - de origen lambayecano - que fundó la Guardia Civil en su gobierno de los años 20 el siglo pasado.

Su queja va referida al no pago de un bono de combate antisubversivo. “El Estado nos ha estafado”. “No ha reconocido muchas deudas que tiene con nosotros”, me dice don Pedro Gómez que dirige la asociación de sub oficiales de la policía en Chiclayo le digo: si ustedes no limeñizan sus quejas ante la prensa nadie los va a escuchar. Lo burocrático del reclamo va de la mano con un par de periodicazos y pantallazos en tv.

Lo entero de la posibilidad de un nuevo pago. Y eso es el retorno a sus bolsillos del Fondo de Vivienda Policial o Fovipol. Le llevo un recorte del diario “Expreso” el único que ha rebotado la noticia. Se trata de devolver esos fondos a la Policía Nacional ya que los objetivos solo se han cumplido al 20% o menos después de tantos años de implantado.

No estaban enterados. Me lo agradece. Le digo que hay que organizarse para descalabrar a este Estado estafador y que se les devuelva lo que en Justicia se les debe. La charla acaba con un dato morticola. Terrible. Muy duro. Indigno. Resulta que el fondo mortuorio que se les descuenta por planillas a los policías no cubre lo que estos gastan en nichos y velatorios. Solo se les devuelve una parte exigua.

Ante esta situación terminal en la vida de un ser humano los familiares deudos deciden de acuerdo a la voluntad del occiso o sin ella que más da, enterrarlos en cementerios distritales ediles que con precios baratos logran ser enterrados despidiéndose de este mundo que los ha maltratado, que no les agradeció con suficiencia y honor.

Ya existen voces empresariales para que los policías tengan un cementerio propio en cada región como existe en Lima en la campiña en Chorrillos. En fin, recuperar las deudas es una tarea en la que se no estarán solos.

Este es el primer artículo de una cadena que vendrá para devolver a los jubilados o elementos activos de la policía una sola cosa aparte de lo material. Dignidad de una vez por todas. No se ve pero si se siente

Esas deudas solo serán pagaderas en la medida que se reduzca el Estado para así poder atender mejor las necesidades de todos. ¿Qué hace el estado en Enaco, Devida, Corah o el IPD dispendiando recursos con tan grave inutilidad? Anulando esas entidades estatales si será realmente posible pagar no solo deudas policiales sino también militares y de otras áreas laborales.