Jueves 25 de abril 2024 | Contáctenos
La compañía británica Oxitec había liberado alrededor de 450,000 mosquitos machos cada semana en la ciudad de Jacobina en la región de Bahía con permiso oficial durante un período de 27 semanas. El experminet fue diseñado para controlar las enfermedades infecciosas dengue, zika y fiebre amarilla.
La modificación del gen llamada OX513A en los mosquitos fue diseñada de tal manera que la primera generación descendiente de los mosquitos, conocida como F1, no alcanzaría la etapa adulta y, por lo tanto, no podría reproducirse.
La esperanza del Ministerio de Salud era reducir las poblaciones de mosquitos en un 90 por ciento. Y esto funcionó bien durante la prueba de campo. Aproximadamente 18 meses después del final del experimento, la población de mosquitos regresó a lo que había sido antes.
La modificación genética de los mosquitos liberados también produjo una proteína fluorescente que permitió distinguir la primera generación F1 de otros mosquitos.
Investigadores de la Universidad de Yale han examinado los mosquitos encontrados en la región por sus alteraciones genéticas un año después de la liberación, así como de 27 a 30 meses después de la liberación.
Llegaron a la conclusión de que partes de la alteración del gen habían migrado inesperadamente a la población objetivo de mosquitos locales.
En las diferentes muestras, entre el 10 y el 60 por ciento de los mosquitos portaban los cambios correspondientes en el genoma. El estudio fue publicado en Nature: Scientific Reports el 10 de septiembre.
Si la prueba de campo hubiera tenido lugar como se predijo originalmente, la modificación génica no se habría permitido migrar a las poblaciones de mosquitos porque la descendencia de los mosquitos liberados originalmente no habría podido reproducirse.
Sin embargo, ya se sabía por experimentos de laboratorio anteriores que una pequeña proporción de aproximadamente tres a cuatro por ciento de los descendientes de OX513A puede llegar a la edad adulta; los científicos habían asumido que serían demasiado débiles para reproducirse.
Los autores del estudio encontraron que los mosquitos GM eran igualmente adecuados como portadores de enfermedades infecciosas que los mosquitos antes del experimento.
El equipo de investigación de Yale en torno a Jeffrey Powell advierte que la población de mosquitos recién formada podría ser más robusta que antes.
Los autores concluyen: "Estos resultados demuestran la importancia de contar con un programa de monitoreo genético durante la liberación de organismos transgénicos para detectar consecuencias imprevistas".
Los biólogos críticos de la ingeniería genética van un paso más allá con sus críticas, entre ellos el biólogo brasileño José María Gusman Ferraz: "La liberación de los mosquitos se realizó a toda prisa sin que se aclarara ningún punto", dijo Ferraz al periódico Folha de S. Paulo.
El laboratorio de investigación Testbiotech, con sede en Munich, que es crítico con la ingeniería genética, acusa a Oxitec de haber comenzado el ensayo de campo sin suficientes estudios: "Los ensayos de Oxitec han llevado a una situación en gran medida incontrolable", dijo el CEO Christoph Then a la Agencia de Prensa Alemana, dpa. "Este incidente debe tener consecuencias para el empleo adicional de la ingeniería genética", exigió.
La prueba de campo en Brasil no utilizó el controvertido método Gene Drive, en el que los mosquitos reciben un gen muy asertivo que siempre es dominante durante la reproducción.
Los investigadores que experimentan con Gene Drive en laboratorios estrictamente aislados esperan utilizar el método para erradicar permanentemente poblaciones enteras de mosquitos. Sin embargo, tales experimentos no se pueden revertir y, por lo tanto, nunca se han llevado a cabo en campo abierto.
Cargando...