Viernes 19 de abril 2024 | Contáctenos
Hay dos características que marcan el comportamiento de las generaciones más jóvenes: la inmediatez y la fugacidad. Para ellos las cosas deben conseguirse con prontitud y tienen muy claro que todo pasa rápidamente. Son hijos de estos tiempos y es necesario –aunque no sea muy fácil- comprenderlos.
Recordemos que Google apareció en 1998. Es de suponer que desde entonces el destino de las enciclopedias y grandes diccionarios (rindamos homenaje al Tesoro de la Juventud y a la Gran Enciclopedia Espasa Calpe) fue la inevitable sustitución. Hoy día lo que se necesite saber se busca en internet, ya sea en Google o cualquier otro “motor de búsqueda”; y la respuesta suele obtenerse en segundos. Dicho sea de otra manera, lo que ahora se quiere saber se tiene de inmediato.
Señalábamos también que hoy es mucho más difícil permanecer en el recuerdo o el interés de las colectividades. Si un suceso es pronto desplazado por otro –lo cual es fácil de entender-, algo muy similar ocurre con las personas cuando sus actividades están expuestas al escrutinio público. Se puede ver en el mundo del cine donde las estrellas son fugaces, literalmente. También en el deporte donde sólo la genialidad asegura alguna supervivencia.
Los riesgos son aún mayores en el mundo de la política. Peor ahora cuando a ella ingresan toda laya de improvisados, aventureros y mentirosos que desatarán una feria de falsedades para “atender” las expectativas difusas de las nuevas generaciones.
Aliento la esperanza que alguna lúcida reflexión aquiete las impaciencias de los muchachos y logre persuadir que nuestro golpeado país no merece logros efímeros.
Cargando...