Miércoles 17 de abril 2024 | Contáctenos
La presente elección en el Perú no puede ser evaluada fuera del contexto latinoamericano. El mismo que está signado como una lucha permanente para lograr su liberación de toda dominación extranjera, para enrumbarnos a forjar nuestra propia inserción autónoma en el concierto político y económico mundial.
En el ayer, la lucha fue contra las formas clásicas de los Imperialismos, de Oriente y Occidente. Hoy, lo es contra las nuevas formas de sometimiento que impone la Globalización.
EL PROCESO HISTORICO PERUANO
En este marco, en el Perú asistimos al declive absoluto del modelo neoliberal y de su instrumento legal, la constitución de 1993. Lustro tras lustro, desde 1995, los peruanos hemos luchado por desmontar la reinstauración neocolonial que trajo consigo el neoliberalismo. Hoy, estamos en una encrucijada histórica.
Ésta es la Batalla final, la cual definirá el rumbo de la Patria. El destino ha querido que coincida con el Bicentenario de la República. Dicho ello, se puede afirmar: No se trata de elegir un presidente, ni un programa de gobierno. Se trata de elegir un rumbo.
O continuar sometidos al régimen de expoliación nacional que han establecido los del poder económico (la oligarquía y las transnacionales), o asumir la construcción de nuestro propio destino. El fujimorismo encarna lo más reaccionario y repugnante de la historia republicana. Su retorno al poder sería tan ignominioso como si el reino español hubiese triunfado en el Callao en el Combate del 2 de mayo. Sería faltar a nuestro compromiso con los héroes de la patria, permitir que ello ocurra.
Empero, nuestra lucha es por derrotar a la reacción, a la antipatria. No para favorecer a un individuo, mucho menos a un partido político. La determinación, es por abrir los espacios políticos y construir las nuevas Alamedas de la Historia. Debe ser el Pueblo y solo el Pueblo el que determine la ruta de su destino.
En esa línea, debemos empezar por la Redefinición del Contrato Social en el Perú. Es decir, erradicar el estatuto de ocupación que representa la constitución de 1993. Hecho que solo se podrá lograr mediante una Asamblea Constituyente Soberana, elegida por el voto universal, directo y secreto de la ciudadanía peruana.
Hemos de ir a la Constituyente enarbolando la reivindicación de la última Constitución legítima del siglo XX, la Constitución de 1979, signada por Víctor Raúl Haya de la Torre, el 12 de julio de 1979. En ejercicio de su artículo 307 deberá ser restablecida legalmente, efectuándose las actualizaciones que la representación nacional juzgue conveniente. Para luego ser sometido todo el documento a la ratificación en Referéndum ciudadano.
A este proceso solo llegaremos por la vía de la derrota en las urnas al fujimontesinismo. No hay otro camino posible. La derecha unificada tras su candidatura ha sido incapaz de ofrecer los cambios que el pueblo peruano estaba exigiendo. Por el contrario, ya lo hemos escuchado de uno de sus más caracterizados voceros, lo único que ofrecen es Sangre y Muerte. Que es, por lo demás, lo que siempre ha hecho la ultraderecha en el Perú. No hay que ser pitonisos para saber en lo que se convertirá nuestro país en sus manos.
LA ALTERNATIVA POLTICA
En la polarización existente, la alternativa es votar por la candidatura que ofrece Abrir los Espacios al Cambio. Nuestra determinación exige también el compromiso de ser Actores y protagonistas del mismo. Los cambios en los que no interviene el pueblo terminan siendo retrocesos.
El deber es volver a la política. No más ir a votar y retornar a casa, como quien extiende un cheque en blanco al ganador. No elegiremos un presidente, hemos de elegir un proceso de cambios, el cual ha de ser resultado de nuestra acción ciudadana integral.
He ahí la gran diferencia con el voto por la pasividad retardataria que implica elegir a la candidata de la corrupción y la expoliación de nuestro pueblo. Como hace 200 años, nuestra América lucha por conquistar su independencia definitiva de los yugos extranjeros. Pueblos hermanos lo están logrando, producto de grandes luchas y sacrificios.
En el Perú podremos hacerlo por la vía democrática el próximo 6 de junio. Sin disparar una bala, sin derramar una sola gota de sangre. Solo yendo a votar por el verdadero cambio, por una Asamblea Constituyente. Démosle la oportunidad a las jóvenes generaciones de escribir una nueva historia, con un Perú más justo, más libre, más culto.
Cargando...