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Jueves 12 de mayo 2022

Acerca de Populismos, de Carlos Meléndez

Por: Daniel Parodi
Acerca de Populismos, de Carlos Meléndez
Foto: Difusión

 

Por una serie de razones que sería largo enumerar y explicar, estoy revisando mi ideario político. En realidad, está en permanente revisión y es natural. Mis ideas no podrían ser las de antes de 1989 aunque quisiera, porque el mundo no es el de antes de 1989, es así de simple, y la cosa sigue cambiando, y cada vez más rápido.

Adquirí Populistas de Carlos Meléndez porque no creo en vetos, ni en clichés, ni mucho menos en pensamientos políticamente correctos. Al contrario, cada vez soy más consciente de que el republicanismo está sobrevalorado en el Perú, en el sentido de que constituye una utopía que está tan o más alejada de la realidad que el día en el que los padres fundadores erigieron una república por estos lares.

Voy en la página 29 del libro de Meléndez y no digo que vaya a dejar el texto, seguro le daré una o más oportunidades. Debo comenzar diciendo que las páginas iniciarles me fascinaron, Meléndez es imaginativo, me sacó algunas carcajadas, luego pasó a lo teórico y aunque su definición de populismo no me convenció, me pareció audaz que se lanzase por una propia, ad doc para el Perú, el de las ideologías delgadas, ligeritas, del pueblo honesto contra el establishment corrupto.

Las cosas comenzaron a disonarme, sin embargo, cuando me presentó a Alberto Fujimori, Martín Vizcarra y Ollanta Humala como tres populistas que, en su afan de confrontación para mantener su popularidad, "suelen no tener reparos en vulnerar las reglas del juego democráticos". Me pareció detectar algún contrabando de ideas aquí. De los tres, sólo uno dió un golpe de Estado, tomó por asalto todas las instituciones del Estado y devino en un dictador que echó por tierra la institucionalidad democrática que a duras penas construímos de 1980 en adelante.

Lo que siguió complicó las cosas, pues Meléndez justifica estos populismos autoritarios y piensa que a partir de ellos podría construirse la democracia, un poco como José Carlos Chocano encumbró la idea de las "dictaduras organizadoras" para así santificar el satrapesco Oncenio de Leguía. De esta manera, el populismo, aunque autoritario, bien utilizado, podría favorecer el fortalecimiento institucional.

He llegado hasta aquí, pues hice algo así como un corto circuito. Han sido 29 páginas de una pluma ágil, inteligente y muy entretenida, pero cuando se adviene el prosélite se tropieza el lector. Seguiré leyendo, sin prejuicios. El índice anticipa una sección sobre el republicanismo que no quiero perderme, y seguiré comentando. Ojo, hay quienes subliman el republicanismo también, de todo está llena la viña del Señor, dijeron por ahí.
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