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Miércoles 17 de agosto 2022

Oda a una bandera

Por: Grover Pango Vildoso
Foto: Difusión

 

Difícil saber cuántos colegios llevan su nombre en muchas partes del Perú. Se lo considera un alto exponente de la literatura peruana aunque lo suyo fuese, realmente, la Justicia. Se llamaba Enrique López Albújar y su vinculación con Tacna es profunda, aunque don Enrique haya sido un chiclayano de familias piuranas.

Llegó a la tierra del Caplina en 1931 como Vocal de la Corte Superior, permaneciendo en ella por más de 20 años, etapa en la que continuó su labor narrativa y poética. De esta última destaca un poemario íntegramente dedicado a Tacna: “Lámpara votiva”, cuyo solo título es un epíteto para la tierra que lo acogía: lámpara encendida como resultado de un voto o juramento.

Durante esos años don Enrique y su familia apreciaron el acendrado patriotismo de los tacneños. Por eso el poema “La bandera pasa” es una oda cívica que, en versos de intenso lirismo, reproduce la hermosa tradición de pasear el emblema nacional cada 28 de agosto: “Allá viene la bandera / la bandera roja y blanca. / Cien mujeres la rodean / cual collar a una garganta, / y cien manos hechas nudo / la mantienen levantada. / Cien mujeres que la arrullan / cien mujeres que le cantan / y la inciensan con el humo / de sus férvidas miradas”, dice introduciendo el poema.

En una entrevista (1983) de Fredy Gambetta a Beatriz, tercera de los ocho hermanos López Albújar Trint, ella recuerda de su padre que “evocaba a Tacna más que a ninguna otra ciudad. Él decía que jamás debió haberse marchado de las orillas del Caplina”. Felizmente en Tacna es un tacneño adoptivo.

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