Los ilusos

El general Augusto Pinochet no era solo un matador de derechos humanos. También publicaba libros y su tesis geopolítica era muy clara.

Se sabe que el norte chileno es árido, así que la idea era crear conflictos de todo tipo entre Perú y Bolivia para apoderarse del agua existente en los salares bolivianos fronterizos con Chile y el peruano lago Titicaca.

El arma de guerra era echar a volar el fantasma indigenista o la falsa nación aymara lo cual podía incluir a los aymaras chilenos asociados a sus etnias vecinas. No interesa si ese indigenismo era izquierdista porque lo que importaba era poseer el agua en una guerra indirecta.

Agitados los conflictos étnicos urbe versus campos, el resultado beneficia a la corta o a la larga al país de la estrella solitaria.

Para proyectar una imagen de debilidad falsa también se juega a dividir Chile con una constituyente de plurinaciones que pretende desprender al pueblo mapuche del gobierno central y se desatan disturbios.

Los ilusos que ven en lo que pasa en el sur pretensiones marxistas puras no ven más allá o mejor dicho no revisan bien el pasado histórico.

No olvidemos que el ejército chileno debe su formación a los militares alemanes del que hay que recordar es el más diabólico del mundo pues su refinado Estado Mayor aristócrata no tuvo dudas al crear dos políticos mortales. Lenin al permitir su llegada a Rusia y Hitler nacido de las entrañas del sistema de inteligencia.

Así que atentos al sur no peruano sino al sur mapochino almagrista