El jefe del Estado chino ha pedido a los equipos de rescate que hagan todo lo que esté en sus manos para encontrar a supervivientes. En medio de la catástrofe, aún están apareciendo personas en vida, el último un hombre de 68 años que pasó 100 horas sepultado por los escombros.
Hu Jintao volvió al país antes de hora desde América del Sur donde se encontraba de gira y reunió a los principales dirigentes del país para analizar la situación. Una vez en Jiegu, cerca del epicentro del sismo de 6,9 grados en la escala de Richter, el presidente chino se comprometió a reconstruir la zona. En una pizarra de una escuela improvisada en una tienda de campaña y ante decenas de orfanatos escribió: “Habrá nuevas escuelas, habrá nuevas casas”.
El presidente insistió en que se hará lo imposible para ayudar a los damnificados y rescatar a gente con vida en un mensaje destinado a acallar las críticas de algunos monjes que expresaron su malestar al considerar que el gobierno chino no pone todos los medios necesarios para ayudar a las víctimas de esta zona con la mayoría de la población tibetana. La gente sigue sin ver llegar la ayuda básica: ropa, alimentos y agua.
Los pobladores de esta remota zona esperan que Pekín dé luz verde a la petición del Dalai Lama que pidió autorización para visitar su provincia natal para reconfortar a los damnificados, aunque es muy poco probable que obtenga una respuesta positiva.
Fuente: RFI