Miembros de las Damas de Blanco, hostigadas por simpatizantes del Gobierno cubano.
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Ocho millones y medio de cubanos componen el censo electoral y, según las autoridades de La Habana, la participación fue del 93%. Se trató de una elección para designar a los 15 mil delegados o concejales de los 169 municipios de la isla, cuya población es hoy de 11,2 millones de habitantes. Estas elecciones que se celebran cada dos años y medio son denunciadas como una “farsa” por la oposición cubana, mientras que el gobierno del Presidente Raúl Castro recusa las críticas de Estados Unidos y de los países occidentales sobre las violaciones de derechos humanos y reclama el fin del embargo económico. El responsable del parlamento cubano, Ricardo Alarcón desafió el domingo a Estados Unidos a levantar el “bloqueo”, respondiendo a las declaraciones de la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton, según la cual “los hermanos Castro no desean el fin del embargo ni normalizar sus relaciones, pues perderían todas sus excusas”. Coincidiendo con los comicios municipales, las autoridades cubanas impidieron por tercer domingo consecutivo la celebración de una marcha de las Damas de Blanco, esposas de los presos políticos cubanos, que se concentraron en la Iglesia Santa Rita de la capital. Cuando intentaban, desfilar por la Quinta Avenida para reclamar la liberación de los presos, la policía les informó que la marcha no estaba autorizada. Medio centenar de militantes castristas rodearon y abuchearon a las disidentes, que fueron acompañadas por la policía hasta un autobús que las llevó a sus casas. Al principio esas marchas eran toleradas por el gobierno, pero dada su frecuencia semanal las autoridades decidieron dar una vuelta de tuerca a la censura. Según los responsables de la oposición, la táctica del gobierno es desanimarlas y vencerlas por cansancio, mediante prohibiciones y amenazas. El gobierno cubano acusa a las Damas de Blanco de estar manipuladas por una campaña contra Cuba orquestada por los Estados unidos y la Unión Europea. El pasado 23 de febrero murió en huelga de hambre en la cárcel el disidente político Orlando Zapata, provocando una importante protesta internacional. El también preso político Guillermo Fariñas prosigue su huelga de hambre desde hace sesenta días para reclamar la liberación de todos los presos enfermos. Fariñas calificó los comicios de “gran farsa” y se declaró más que nunca dispuesto a proseguir su protesta.Fuente: RFI