Atenas y Salónica, la segunda ciudad más importante de Grecia, fueron el escenario este sábado de varios enfrentamientos entre manifestantes y policía en vísperas de que se anuncie el plan de rescate que rondaría los 100.000 o 120.000 millones de euros, según el gobierno francés.
La cura de austeridad que les espera a los griegos ha sido rechazada por los ciudadanos. Unos 20.000 en Atenas y unos 15.000 en Salónica, según datos facilitados por la policía, salieron a las calles para mostrar su descontento en las manifestaciones organizadas por varios sindicatos.
Para algunos muy poca gente. “Tendría que haber 5 millones de personas en la calle. “Hay poca gente, tienen miedo de manifestarse, la próxima vez tendrán que despertarse”, explicaba una manifestante.
Para algunos es un “retorno al siglo XIX” explicaba a la agencia AFP Ericos Finalis, que trabaja en una imprenta. “Esto no es una batalla, sino una guerra que durará meses, incluso años”, avisaba Finalis.
Otros se quejan de que “los griegos han vendido su propio país al Fondo Monetario Internacional”, se quejaba una estudiante. Otros comprenden la necesidad de aplicar medidas de rigor pero consideran que no tienen que ser los ciudadanos los que paguen.
Las centrales sindicales han convocado una manifestación y una tercera huelga general para el próximo 5 de mayo, será la tercera huelga en tres meses y esperan que haya más seguimiento. Un verdadero test para valorar el alcance del rechazo de la población al plan de austeridad. Entonces ya se conocerá también el monto del plan de rescate negociado con el FMI y la Unión Europea.
En Estambul, los trabajadores también salieron a las calles en un acto muy trascendental puesto que es la primera vez en 33 años que los trabajadores festejan el 1° de mayo en la plaza Taksim, la más conocida de la ciudad turca. En este lugar estaba prohibido manifestarse desde el 1° de mayo de 1977 ya que ese día la conmemoración terminó con un baño de sangre cuando unos desconocidos abrieron fuego contra los manifestantes matando a 34 personas.
En Alemania, Italia, Francia o España los sindicatos también han convocado manifestaciones para defender los derechos de los trabajadores. En Moscú 5.000 comunistas encabezaban el cortejo con banderas rojas y retratos de Stalin, aunque el grueso de las tropas en la manifestación eran simpatizantes del primer ministro, Vladimir Putin.
Las manifestaciones también han llegado hasta Bagdad donde la afluencia fue mucho menor. Unos doscientos miembros del partido comunista iraquí reclamaban “medidas de urgencia contra el desempleo” y la abolición de un decreto de 1987 de la época de Sadam Husein que prohíbe la actividad sindical en el sector público.Fuente: RFI