Michael Ballack, la gran figura de la selección alemana, viajó a Sicilia junto con el resto de la Mannschaft que inició allí, bajo el sol del Mediterráneo, su preparación para el Mundial. Pero lo hizo con el pie derecho escayolado y caminando con la ayuda de muletas. Y también, no hace falta decirlo, con el ánimo por el suelo.
El jugador estrella del Chelsea se lesionó gravemente el sábado, durante la final de la Copa de Inglaterra que su equipo acabd ganado frente al Portsmouth. Una violente acción del ghanés Kevin-Prince Boateng le provocó la rotura de ligamentos del tobillo. Los médicos han estimado que su lesión no le permitirá jugar durante los próximos dos meses, lo que descarta toda eventual participación en el Mundial sudafricano.
El hecho de que su agresor, Kevin-Prince Boateng, juegue en la selección de Ghana, que comparte el grupo de Alemania en el Mundial, ha generado una violenta polémica en la prensa alemana, que sospecha que la acción no fue quizás involuntaria. Boateng por supuesto se ha disculpado, pero la polémica recién comienza.
En todo caso, la ausencia de Ballack plantea un dilema al técnico de la selección alemana Joachim Low, que no solo deberá reemplazar al jugador sino también, quizás, cambiar de sistema de juego. Esto último es considerado como algo positivo por algunos alemanes, convencidos de que la manera de jugar de Ballack impide a Alemania adoptar esquemas tácticos más modernos.
Para Michael Ballack, más allá de las polémicas, esta lesión tiene una conclusión evidente. Con 33 años de edad, el jugador alemán ya sabe que va a tener que renunciar a su sueño de ser, algún día, campeón del mundo...Fuente: RFI