Viernes 19 de abril 2024 | Contáctenos
Por la enviada especial de RFI a Colombia
Los dos punteros en la carrera hacia la primera vuelta prevista el 30 de mayo tienen ambos 58 años, ambos son partidarios de mantener la estrategia de mano dura frente a la guerrilla y prometen preservar los logros de seguridad del gobierno saliente; rechazan la propuesta de “intercambio humanitario” de las FARC y exigen la liberación sin condiciones de todos los secuestrados. En materia de economía no hay grandes diferencias entre sus respectivos programas, según la revista “Dinero” que los comparó. Las diferencias entre Santos y Mockus son de otro orden.
Descendiente de ex-presidente, primo del actual vicepresidente y miembro de una de las familias más influyentes de Colombia, tres veces ministro en diferentes administraciones, Santos que había tenido hasta ahora un perfil más tecnócrata que político, se presenta por primera vez a un cargo de elección popular. Y aunque parecía tener el camino allanado para captar todo el caudal de popularidad de Alvaro Uribe luego de que la Corte Constitucional atajara al actual mandatario en su intención de buscar un tercer mandato, la “ola verde” liderada por Mockus lo ha puesto en dificultades.
La ola verde
Y es que el fenómeno electoral generado por el ex-alcalde es inédito: a pesar de haber reconocido que sufre de Parkinson y de no contar con un verdadero partido político, -puesto que el Partido Verde era sólo una sigla hasta hace pocos meses-, con muy pocos recursos económicos y una campaña basada en la movilización individual espontánea y en las redes sociales como Facebook y Twitter, Mockus logró dispararse en los sondeos en sólo cuatro meses. De acuerdo con Facebookers.com es el séptimo personaje político con más seguidores en Facebook: 611.762 y 41.284 seguidores en Twitter hasta la semana pasada.
Hijo de inmigrantes lituanos de recursos modestos, brillante alumno del Liceo Francés de Bogotá y de la Universidad de Dijon en Francia donde cursó en tiempo récord una maestría en matemáticas a la que siguió un diploma de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, nada predestinaba al “profesor Mockus” a una carrera política. Ni sus orígenes, ni su formación, ni su talante de intelectual retraído, ni sus reacciones extravagantes como aquella que protagonizó en 1993 siendo rector de la Universidad Nacional, al bajarse los pantalones y mostrar sus respetables nalgas ante un auditorio lleno de estudiantes que le impedían hablar. Las imágenes, difundidas por la televisión, causaron escándalo nacional. El atrevido rector se vio obligado a renunciar y sinembargo, cinco años después fue elegido alcalde de la capital, una ciudad de siete millones de habitantes.
Aun sus más feroces detractores reconocen que bajo su administración se inició un proceso de transformación radical de Bogotá gracias a campañas insólitas de educación cívica con mimos y payasos en lugar de policías, a una política de rediseño urbanístico y de manejo responsable del gasto público. Tachado de autoritario por su decisión de cerrar bares y discotecas a partir de la 01H de la mañana, lo cierto es que la medida permitió reducir la de mortalidad por accidentes de tránsito. Mockus renunció a la alcaldía en 1998 para disputar la Presidencia de la República y tras haber sufrido una aplastante derrota en el intento, pidió perdón a los bogotanos que le dieron un segundo mandato en las urnas.
Con un tono pausado más parecido al de un predicador que al de un político aguerrido, el discurso electoral del candidato Verde ha estado centrado en el respeto por la vida, en el carácter sagrado del dinero público, en la lucha contra las prácticas ilegales y en la importancia de la educación como medio de progreso social e individual. “Legalidad Democrática” es el lema de Antanas Mockus.
Prosperidad democrática
“Prosperidad democrática” es el lema de su rival Juan Manuel Santos, un economista graduado en la Universidad de Kansas con máster en la London School of Economics. Representante de Colombia ante la Organización Internacional del Café antes de cumplir 30 años, fue ministro de Comercio Exterior en 1991 con excelentes resultados en opinión de los expertos y Ministro de Hacienda en 2000 en plena crisis económica, también con notable desempeño. Finalmente, como Ministro de Defensa de Alvaro Uribe, logró asestar golpes espectaculares a las FARC, entre los cuales la célebre “Operación Jaque” que permitió la liberación de 15 secuestrados entre ellos la ex-candidata Ingrid Betancourt o la eliminación de Raúl Reyes, número 2 de dicha organización insurgente, durante el bombardeo a un campamento guerrillero en territorio ecuatoriano. Operativo que produjo malestar en todo el subcontinente por sus implicaciones sobre la soberanía ecuatoriana, que provocó la ruptura de relaciones entre los dos países y que le ha costado a Santos ser encausado judicialmente en Ecuador.
Pero esa acción refleja muy bien el carácter del candidato oficialista para quien lo más importante es “conseguir resultados, en lugar de filosofar”, como dijo en el último debate entre candidatos, en clara alusión a su más peligroso adversario. Y en aras de conseguir resultados, al verse en aprietos ante el ascenso vertiginoso de Mockus, Santos no dudó en recurrir a un experto en propoganda negra electoral, el venezolano J.J. Rendón, ni en autorizar la imitación de la voz del presidente Uribe en una cuña radial de su campaña. Decisiones que le valieron una lluvia de críticas. Para sus detractores, esa política de los resultados pregonada por el ex-ministro de defensa es responsable de los llamados “falsos positivos”, es decir las ejecuciones de civiles cometidas por miembros del ejército para presentarlos como guerrilleros muertos en combate.
Diabolizado a menudo por Hugo Chávez que agita el peligro de una guerra con Venezuela en caso de que los colombianos lo elijan, Santos ha intentado limar su imagen de “duro” y bajar el tono de confrontación, ofreciendo diálogo a todos los vecinos. Para sus seguidores, Juan Manuel (como prefiere que lo llamen desde que es candidato), representa una apuesta segura frente al imprevisible Mockus.
Empate técnico
Las últimas encuestas de opinión muestran un empate técnico en la primera vuelta el 30 de mayo, con uno u otro a la cabeza según el Instituto de sondeos, pero ambos con más del 30% en intenciones de voto. Y un ajustado triunfo de Mockus el 20 de junio.
Informe desde Bogotá sobre los cierres de campaña con Ricardo Restrepo.
Pero todo dependerá del juego de alianzas y de las consignas de voto que impartan los otros candidatos.Lejos de los dos punteros, Noemí Sanín, del partido conservador, ocupa el tercer puesto con cerca del 8%, seguida de Gustavo Petro del izquierdista Polo Democrático quien ya propuso una alianza con el candidato Verde para la segunda vuelta que Mockus rechazó para después retractarse tímidamente. Detrás se sitúan el candidato liberal Rafael Pardo, el del partido Cambio Radical Germán Vargas Lleras y en el pelotón de cola tres ilustres desconocidos que ni siquiera fueron invitados a los debates televisados por registrar menos del 1% en los sondeos.Fuente: rfi
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