Desde que asumieron su cargo el pasado 1 de mayo, los diputados habían empleado a fondo para conseguir el aumento salarial pero después de que la presidenta hubiera dicho que no se opondría al alza salarial, la iniciativa ha quedado en agua de borrajas.
La mandataria se lo ha pensado mejor y para evitar una escalada en las protestas ha decidido anunciar que vetaría la subida de salarios si tuviera que firmarlos. No le hará falta no hacerlo puesto que la bancada oficialista al escuchar el cambio de postura de Chinchilla decidieron abandonar la idea de cobrar 8.000 dólares por mes, un 70% más de lo que cobran en la actualidad.
El proyecto de ley también incluía un aumento de las pensiones de los ex presidentes de la República lo que hacía explotar el presupuesto de forma significativa. “Para esta servidora una vez que concluya su gestión y asuma la condición de ex presidenta”, la ley supondría beneficios extraordinarios, se justificó Chinchilla a través de una carta.
En este mismo sentido se expresó jefa de la bancada oficialista del Partido Liberación Nacional, Viviana Martí, quien dijo que no quería “exponer” a la presidenta a acciones legales en su contra. De acuerdo a los datos del ministerio de Trabajo, los ajustes de las pensiones de siete ex presidentes costarían al erario público unos tres millones de dólares adicionales mensuales cuando el déficit fiscal es bastante elevado.
La iniciativa ahora abortada había generado el repudio de la mayoría de la población que protagonizaron manifestaciones para que se reconsiderara el aumento de los salarios.Fuente: rfi