Alemania se impone una vez más a la Albiceleste en una Copa del Mundo. La Argentina de Diego Armando Maradona fue categóricamente derrotada por un once alemán realista y muy pragmático. El marcador es inapelable. Cuatro tantos para los germanos de Joachim Low, ninguno para la banda del ex Pibe de Oro del fútbol argentino y mundial. Maradona y su escuadra sufren un terrible revés frente a los teutones, tal como sucedió hace cuatro años en el Mundial de Alemania 2006.Tal vez se pueda aducir, pero no será suficiente, que el gol madrugador de Muller a los 3 minutos de iniciado el encuentro desestabilizó al once argentino. ¡No! Argentina tenía una vida por delante. Una línea lejana en el horizonte, muy lejana, lo suficiente como para replantear el partido, pero lejos de eso, muy lejos, apostó por una alineación que, si bien le había dado buenos resultados hasta ahora, no le sirvió para enfrentar a un equipo que, sin muchas estrellas, demostró ser mejor en el rectángulo. Y netamente, pues la Alemania de hoy fue una maquinaria compacta que aprovechó las ventajas que este equipo argentino sin columna vertebral le ofreció, para aplastar a los gauchos. Los teutones sacaron ventaja de lo mínimo. El segundo gol de Klose, a los 68 minutos, es una prueba, pues en los momentos en los que Argentina parecía retomar las riendas de su destino, el artillero alemán practicamente sentenció el partido.Lo que sucedió después forma parte de la pesadilla argentina que los once albicelestes junto con su controvertido entrenador tendrán que asumir como parte de un mediocre balance en esta Copa del Mundo. Ya que los tantos que Friedrich a los 74 minutos y Klose, otra vez faltando uno para el final, marcaron, de seguro han sumido a la hinchada argentina en una terrible decepción. Lionel Messi, el susodicho mejor jugador del mundo, presente hasta hace pocos minutos en este mundial africano, parte así sin haber mostrado su valía y, lo peor, para un goleador como él, sin haber, tampoco, marcado un solo tanto en los 450 minutos que jugó en canchas sudafricanas. Su incursión, de no haber sido porque no se hizo expulsar del campo, nos hubiese recordado completamente a la de Diego Armando Maradona de 1982. ¡Toda una partida, como la de su selección, sin gloria!
¡Hasta la vista Argentina!