La crisis se recrudece: el número de muertos asciende ya a 50, otras 7.000 hectáreas se han quemado, una base militar secreta ha sido destruida y la exportación de trigo, embargada. Más que suficiente ya para el presidente de Rusia, que ha suspendido sus vacaciones e inmediatamente ha expulsado a cinco altos cargos del Ejército.El fuego no da tregua en Rusia. Miles de operarios tratan de contenerlo, pero hasta el momento no pueden ganarle la batalla a las llamas: éstas se han comido otras 7.000 hectáreas más de terreno en las últimas horas. Pero no sólo es la tierra o las construcciones lo que está perdiendo Rusia en esta guerra, ya que el fuego ha acabado con la vida de 50 personas hasta el momento.
“En las últimas 24 horas, 373 incendios han aparecido y 254 han sido extinguidos. Como resultado, hay ahora 589 incendios en Rusia”, reza el parte del ministerio ruso de Situaciones de Emergencia.
196.000 hectáreas son actualmente presa de los incendios y entre las autoridades rusas comienza a aflorar el nerviosismo. Tal es así que el presidente ruso Dmitri Medvedev ha suspendido sus vacaciones y, casi al mismo tiempo, ha destituido a una decena militares, entre ellos a cinco altos cargos, por negligencia en las tareas para sofocar el incendio.
Medvedev dió orden de proteger especialmente ciertas áreas estratégicas. Una base secreta de aviación que estaba situada en Kolomna, en la provincia de Moscú, siendo pasto de las llamas acabó con su paciencia. Medvedev ha realizado una advertencia al comandante en jefe de la Flota, el almirante Vladimir Vysotski: "Si sucede algo semejante en otros sitios", se procederá "de la misma manera"...
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