Danza que representan a los oriundos de la selva. Se presentan en formación de dos en fondo, una fila de hombres y otra de mujeres, en número de cinco o seis parejas inseparables.
La vestimenta de los varones comprende: cubriendo la cabeza una corona roja adornada con abundantes plumajes de aves dispuestas verticalmente y rosarios de semillas silvestres pegados formando líneas quebradas, el rostro cubierto de tul blanco, camisa, pantalones y guantes blancos, cinturón negro, zapatos simples. Como otros atuendos llevan en forma de bandas, sarta de caracoles, cuentas de huairuros y otras semillas. Portan en las manos unas varas largas de chonta, igual que las damas. Las mujeres ostentan las mismas prendas de adorno, más unos aretes. Se visten con una camisa blanca larga encima de la falda, medias y guantes blancos, zapatos simples. En el curso de la danza que ejecutan con mucha solemnidad, llevan uniformemente un pie delante que golpea suavemente el suelo sin levantar el talón, al compás de una música oriunda, para luego hacer lo propio con el otro pie, realizando para ello ligeros saltos de desplazamiento, al tiempo que entonan una melancólica letrilla que emana de las finas voces femeninas: ¡¡¡Quinahuayyyy!!!.......….quinahuayyy. A los que responden los varones: ¡¡¡Yurihuayyy!!!…..yurihuayyy. Las movimientos del baile representan escenas del primer estado de vida selvática y de su transición a la cristiana. Por ejemplo el paso de un río figurado hechas por varas de chonta paralelamente dispuestas sobre el suelo (yahuar mayo); el paso de unos charcos figurados también por rombos (tucupa ñawin) hechos con las mismas varas (gochapasay); el pavor que les infunde el tañido de las campanas del pueblo al que se aproximan; finalmente, su conversión al catolicismo en el atrio de un templo. A ratos, uno de los chunchos, provisto de un pequeño instrumento de barro cocido que lleva dos huecos, lanza a los aires un prolongado silbido que es como un toque de alerta para sus desconfiados compañeros. En cuanto a la música está acompañada por el arpa y violines que son modernos, evidentemente habrían permitido en cierta medida la influencia occidental.