Lunes 20 de mayo 2024 | Contáctenos
Este viernes debe entrar en vigor el embargo de la UE a este tipo de productos, pero el recurso judicial de una asociación canadiense puede dejar en suspenso la decisión de la Eurocámara. Canadá acusa a Europa de alinearse con los “ecologistas radicales” y considera que la decisión de los 27 perjudica a su industria.
Aún no se sabe si hoy se podrá entrar a una tienda de un país de la Unión Europea y adquirir un producto que contenga algún derivado de las focas. El simpático animal ha creado una verdadera guerra diplomática entre la UE y Canadá, que acusa a Europa de alinearse con las posturas de los ecologistas más radicales.
Así es la rocambolesca historia. Una directiva aprobada por la Eurocámara que debía entrar en vigor este viernes prohíbe la “comercialización, importación, tránsito o exportación de productos derivados de la foca”. En otras palabras, ningún producto que sea consecuencia de la caza de este animal, práctica arraigada en Canadá, está permitido en los límites geográficos de la Unión.
Así, las focas se las prometían muy felices. No contaban con que los grupos de nativos canadienses inuits, que practican una suerte de caza tradicional de este animal que han convertido en un boyante negocio, pondrían un recurso ante la Corte de Justicia Europea solicitando la suspensión de esta directiva.
Ahora, el abogado de la parte demandante asegura que ha conseguido la suspensión del embargo y los portavoces de la Comisión Europa, que el jueves aseguró que entraría en vigor como estaba previsto, ahora no lo tienen tan claro. “Estamos estudiándolo”, ha asegurado a la AFP Amelia Torres, portavoz de la Comisión.
Mientras, el tema es motivo para un molesto roce diplomático entre Canadá y la UE. La ministra de Pesca de Canadá, Gail Shea, ha mostrado su disgusto al asegurar que el “Parlamento Europeo se ha puesto de lado de grupos de presión de radicales defensores de los derechos animales y ha optado por ignorar” sus argumentos...
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