Sábado 18 de mayo 2024 | Contáctenos
El conflicto comenzó con una serie de quejas de Marruecos sobre supuestos malos tratos de la policía española y con grupos de manifestantes bloqueando la frontera. Hace unos días ambos gobiernos emitieron un comunicado para expresar sus “buenas relaciones”, a pesar de que se han suspendido las patrullas conjuntas de control migratorio.
El ministro del Interior de España, Alfredo Pérez Rubalcaba, ha viajado a Rabat para reunirse con su homólogo marroquí, Taieb Cherkaoui, con el objetivo de zanjar el conflicto fronterizo que se ha producido en torno a la ciudad española de Melilla, situada en el norte de África.
La crisis comenzó con un cariz diplomático, tras recibir España una serie de quejas de Marruecos sobre presuntos malos tratos de la policía española a ciudadanos marroquíes en la frontera de la ciudad autónoma. Pero, al mismo tiempo, un grupo de ciudadanos de Marruecos, de forma “espontánea” -según ellos-, se apostaron en el paso fronterizo tratando de bloquear comercialmente a la ciudad, no dejando pasar cargamentos de pescado, verdura o materiales de construcción. De la misma forma espontánea en que apareció la manifestación, desapareció, coincidiendo con la visita a la capital marroquí del director de la Policía y la Guardia Civil, Francisco Javier Velásquez, que preparó el terreno para la visita de este lunes del ministro. Y es que este extraño conflicto diplomático parece relacionado con la reivindicación del Gobierno alauíta en relación a esta ciudad y la de Ceuta, que mantiene desde 1982. En cualquier caso, las manifestaciones eran poco numerosas. Han asistido más periodistas que personas, lo que ha servido para que apenas una veintena de personas hayan estado seis días espoleados por el eco que los medios españoles se han hecho de sus acciones. Así, el miércoles, cuando la Coordinadora de la Sociedad Civil del Norte de Marruecos y el Comité para la Liberación de Ceuta y Melilla no dejaban pasar los camiones, los periodistas fotografiaban la escena y los policías marroquíes miraban para otra parte...
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