En los años 80 Japón incuba una burbuja inmobiliaria y bursátil que colapsa en los 90. Desde entonces, y por más de diez años, el archipiélago nipón arrastra esa crisis económica que a nivel social se tradujo por la disminución de la natalidad y un progresivo envejecimiento de la población. Teniendo en cuenta la relación entre estas consecuencias demográficas y los problemas económicos, ¿es Japón un ejemplo de lo que podría suceder en los países europeos afectados hoy por la crisis? Se calcula que, en cuarenta años más, Japón perderá a 30 millones de personas que hoy forman parte de la edad “productiva”.
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