Lucas Rodríguez libertad, justicia sobre todas las cosas

¡Injusticia! No encuentro otra palabra para denominar lo que está sucediendo con nuestro compañero y amigo Lucas Rodríguez. Para quienes no se han enterado, Lucas hoy se encuentra recluido en una de las celdas del penal Sarita Colonia de la Región del Callao. ¡Que injusticia! Esto, en un país que se desea ya de primer mundo.No crean que me he equivocado de nombre. Para nada. Escribo sobre alguien que todos conocen con el fraternal apelativo del “Comandante” Lucas. La misma persona que durante largos años, en los buenos pero sobre todo en los malos momentos, ha estado junto con nosotros en los locales partidarios de Lima o el Callao. O donde le correspondió en su momento encontrarse. Es una pena que esto le suceda. Las cosas nunca debieron llegar a donde están y, como consecuencia de ello, Lucas tenga que encontrarse recluido como un vil delincuente, como una de esas fieras sociales que pagan sus deudas contraídas con la sociedad privados de su libertad. Y no porque Lucas no haya podido ser capaz de detener un proceso de degradación en su condición de ser humano, sino porque ha sido involucrado en un ilícito penal que le es completamente ajeno.Ajeno, así como se lee. Vale decir, una situación en la que él, más allá de lo que las fuerzas del orden, los efectivos de la PNP de la Comisaria de Santa Marina en el Callao, puedan sostener, no tiene nada que ver. Nada. A no ser la de compartir un lugar de alojamiento, su hogar pues, sito en la Calle Ayacucho del Callao, con quienes hoy la policía del lugar sindica como responsables de actos de violencia y de tráfico de estupefacientes.Lucas Rodríguez, hoy la justicia de su jurisdicción tiene que saber, como en su momento supieron quienes estuvieron a cargo de las investigaciones en la Comisaría de Santa Marina -durante el periodo de 15 días que la justicia contempla para este tipo de casos-, no es culpable por el solo hecho de vivir donde vive. Como tampoco lo son, me imagino, por definición todos aquellos que viven por estos lugares en el Callao, más allá de los niveles de inseguridad que ahí se puedan registrar.Cierto es que Lucas Rodríguez se encontraba en el lugar de los hechos, el departamento donde vive en aquella quinta chalaca, la noche del sábado 14 de agosto a las 11 con 50 minutos. Pero pregunto, ¿convierte esto a Lucas Rodríguez en un delincuente? ¿O hubiesen preferido aquellos que lo detuvieron, a fin de que sea ajeno a toda sospecha, que este viva en medio de la intemperie en la calle, sin domicilio fijo, sumido en la indigencia como sucede con los que no tienen a donde ir? ¿Es que los seres humanos no tienen derecho a contar con un lugar donde vivir por más humilde que este pueda resultar sin ser sospechosos de un delito por definición?Demos por cierto, honrando su profesionalismo, lo que los efectivos de la PNP dicen cuando sostienen que encontraron la cantidad de droga en el departamento donde reside nuestro compañero. Pero pregunto, dando por cierto lo que dice la policía del lugar, ¿convierte este hecho a Lucas Rodríguez en un traficante de estupefacientes y, por ende, en un miserable delincuente? Una vez más, ¿hubiese sido mejor para Lucas no vivir en ningún lugar, pues dada su situación económica no hubiese podido contar con otro lugar de residencia a no ser este, a fin de ser hoy inocente y no estar privado de su libertad? Resulta difícil, muy difícil de entender.Lucas Rodríguez, permítanme decirlo, me honra desde hace cerca de 45 años con su amistad y fraternal compañerismo. Lucas Rodríguez, lo dije en la Comisaría de Santa Marina, cuando fui a indagar por él, sin el ánimo de interferir en el curso del proceso de las investigaciones, es un buen hombre, por cierto pobre, pero un hombre muy honesto, valiente y coherente con sus ideales de justicia social, un luchador social pues. Mi compañero de toda la vida en el Partido Aprista Peruano, quien además de ser un buen ciudadano, es también un escritor. ¡Ese es Lucas!No es un delincuente, ni tampoco un narcotraficante. Es un hombre que va ofreciendo de puerta en puerta los ejemplares de la 2da edición de su anecdotario de la vida de Víctor Raúl Haya de la Torre, a fin de ganarse unos soles por unidad, y solventar sus gastos, pero sobre todo para dar a conocer al país y a la juventud, lo que otros pudiendo hacerlo no lo llevan a cabo, algunas de las múltiples aristas, en forma de anécdota, de la vida del egregio peruano universal que fue Haya de la Torre, el fundador del Partido Aprista Peruano, nuestro Maestro.¡No! No señores policías, se los dije ayer, se los digo hoy. No señores fiscales y jueces, se los digo hoy. ¡No! Lucas, es un hombre que, en el peor de los escenarios confrontado hoy injustamente a la ley, si de hablar en estos términos se trata, estuvo en un mal momento y no, a decir al parecer de algunos, en el mejor lugar. Lucas Rodríguez no es culpable por vivir donde vive y, por último, por guardar silencio sobre lo que pueda haber hecho alguno de sus seres queridos. ¡Lucas Rodríguez es inocente!Desde estas líneas pido que se haga justicia con mi compañero y amigo de toda la vida. Justicia sobre todo. ¡Libertad para Lucas Rodríguez exigimos todos!¡Justicia para Lucas Rodríguez!¡Lucas Rodríguez Libertad!Francisco Huanacune Rosas