La aventura del delantero inglés ocurrió cuando su esposa Coleen estaba embarazada de su pequeño Kai, quien nació en noviembre del 2009.
El diario inglés reveló que Rooney mantuvo siete encuentros sexuales con Jennifer Thompson, de 21 años, en un lapso de cuatro meses. El jugador pagó por los servicios de la prostituta 1.140 euros (1.470 dólares) por noche.
“Nunca imaginé que Wayne Rooney fuera uno de mis clientes. Sé que mucha gente lo llama Shrek, pero no es tan feo cuando te sientas delante de él”, indicó Thompson, que no ha vuelto a ver al jugador desde noviembre.
Al enterarse del escándalo que se avecinaba, Rooney le habría confesado a su esposa Coleen su infidelidad. El seleccionado inglés teme que su mujer no lo perdone y le pida el divorcio. “Mi vida está en la ruina. He sido un estúpido. Coleen no me perdonará esta vez. Me dejará”, declaró Rooney, según el rotativo.