La firma coreana ya ha presentado este televisor de 31 pulgadas con tecnología OLED. O lo que es lo mismo, una pantalla de diodos luminosos orgánicos, con mejor contraste y menor consumo que los actuales modelos basados en LED corrientes. En sus planes se calculaba comenzar a vender monitores de estas dimensiones a partir de 2012, pero lo cierto es que podrían llegar bastante antes.
Se trata de uno de los nuevos produtos 3D mostrados en IFA 2010. Permitirá visualizar contenidos en formato tridimensional, haciendo uso de las gafas polarizadas especiales. Su calidad es de alta definición, con una nitidez Full HD de 1920 x 1080 píxeles en escaneado progresivo. LG no aporta datos sobre su contraste porque asegura que es sencillamente “infinito” (ahí es nada). El amplio ángulo de visión promete convertirse en otra de sus cualidades más satisfactorias.
Aprovechando la flexibilidad y la delgadez propias de la tecnología OLED, su grosor es de apenas 2,9 milímetros. Afortunadamente se puede separar de la peana, para colocarlo directamente en la pared, con lo que realmente sirve de algo que sea tan fino. Recordemos el inconveniente del Sony Bravia XEL-1, de similares medidas en profundidad, pero que al estar anclado a su soporte (que lógicamente era más ancho) no reportaba ningún beneficio práctico.
Aunque la versión que LG está exhibiendo es todavía un prototipo no definitivo, la compañía tiene intención de fabricarlos en serie a la mayor brevedad posible. Concretamente está previsto que su circulación comercial comience a partir de marzo de 2011, un año antes de lo estipulado. La parte menos agradable es que no estarán al alcance de cualquiera, pues su precio oficial es de 6000 libras esterlinas (4662 euros).
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