“La final que no jugó”. Es así como Argentina publicitaba su duelo frente a La Roja. Expulsados del mundial como si se tratase de tirar un trapo luego de limpiarse los zapatos por parte de los alemanes (4 – 0), Argentina no dudó verdaderamente en nada. Y no se equivocó. Apenas se llevaba jugando un cuarto de hora y la Albiceleste ya había engañado dos veces a Pepe Reina, sacado del banquillo por Vicente del Bosque. Con una columna desmembrada, España no se encontró con su juego. Añadido al hecho que San Iker, Xavi y Puyol está vez descansaban. Despojados de Maradona y con una columna vertebral reestructurada, Argentina se mostró a la vez compacta y convincente. Ella había perdido en cabellos largos (Jonas, Demichelis), pero ganó en calidad. Los buenos jugadores del interior (Zanetti y Cambiasso) están de vuelta y Mascherano finalmente encuentra un refuerzo en la fase de recuperación. Sergio Batista jugó con 5-0-5 cuando condujo a los jóvenes argentinos al título olímpico (2008), a cargo de los mayores, aplica un patrón responsable y eficiente (4-3-3).Con los ajustes de su nuevo entrenador, la Albiceleste conserva su poder de fuego ofensivo, mientras dispone de un verdadero apoyo en el medio con el trío Mascherano-Cambiasso-Banega. Fuera de la embriaguez del culto a Maradona, Argentina acaba de encontrar el buen sentido y el control. El medio es suyo y Messi se encuentra en su posición favorita (hacia su lado derecho, a pesar de su frecuente rezonificación hacia el lado contrario). En uno de esas escapadas, Tevez toma el balón a 20 metros y lanza al pequeño barcelonés al área. Balón en sombrero, perfecto, tal como lo ha hecho tantas veces en el Camp Nou (10’). Messi que, ha probablemente jugado el miércoles su mejor partido con la camiseta de la selección de Argentina, la besa después de abrir el marcador con el fin de expresar su compromiso con un país en el que muchos dudan de su patriotismo.Estadísticamente, sin embargo, Tevez es el mejor delantero albiceleste: Dos pases decisivos y gol. Después de la ofrenda a Messi, Carlitos mostró el camino a Higuaín en un casi calco de su primera acción decisiva. Por su respuesta demasiado tímida, la defensa española dejó espacios atrás para que el delantero del Real Madrid driblee a Reina antes de imprimir una trayectoria al balón que muchos hubieran enviado fuera del campo. Tevez finaliza su recital disfrutando de una sesión video del error garrafal que Pepe Reina cometió en el último minuto en el partido de la primera fecha de la Premier League frente al Arsenal. El suplente de Casillas, quien al parecer no posee la misma confianza que el Campeón del Mundo, se confundió como si portase patines de patinaje sobre hielo. Tevez corre como un pitbull, marca una cicatriz en el césped y condena a Reina a los tormentos (34’).Nada le sale a España bajo el sol invernal de Buenos Aires. La Roja venía de ajustar sus líneas y Villa golpea el transversal en el momento que el portero escoge acabar con el suspenso. En dos otras ocasiones, los campeones del mundo estarán a punto de marcar. Villa, de nuevo, con un tiro libre al borde del área (40’) y luego Cazorla con una sublime volea (75’). Sorprendida desde el inicio, España fue condenada finalmente a una carrera contra el tiempo, inviable frente a la amenaza de los rápidos contraataques de su adversario. Pero no hay que creer que ella se presentó como una víctima complaciente del talento argentino, ni mucho menos. Fabregas y Alonso se ganaron sus respectivas amarillas debido a intervenciones demasiado violentas.Con 3-0 en el descanso, el segundo período perdió casi todo su interés. Del Bosque manejó las cosas como un buen padre de familia. Xavi entró, pero Fábregas fue a tomar su ducha. Cazorla y Navas aparecieron, pero Iniesta y Silva salieron. A los 84 minutos, Llorente mediante un buen trabajo como central hizo más justicia con el resultado. Pero Agüero, recepcionando un centro de Heinz, le faltó el respeto al equipo campeón del mundo en el tiempo suplementario (4-1, 91’). Sí, Argentina tenía todo para ganar la Copa del Mundo. Sin embargo, Maradona decidió lo contrario.
Vía Sofoot.com