La iniciativa de un pastor estadounidense de Florida genera preocupación entre las tropas norteamericanas en Afganistán y la condena de Washington, la UE, Teherán y el Vaticano. El oscuro promotor de la quema asegura que, pese a las advertencias, destruirá un ejemplar del libro.
En otra época, cualquier iniciativa tomada por un ignoto pastor de una de las muchas iglesias evangelistas que prosperan en Estados Unidos hubiese pasado desapercibida. Pero eso era antes de la globalización, antes de la polémica por las caricaturas de Mahoma, el asesinato de Theo Van Gogh o las amenazas y la censura a la serie estadounidense South Park, que pretendía difundir un dibujo animado con una secuencia de Mahoma tomando el té, para probar los límites de la libertad de expresión.
Hoy, Terry Jones, pastor de la Iglesia Dove World Outreach Center de Florida, no representa a más de 30 fieles en su pueblo de Gainesville, pero su propuesta puede tener un efecto mariposa hasta el remoto Afganistán, cobrándose la vida de soldados estadounidenses. La Casa Blanca, El Vaticano, la Unión Europea, Irán y el comandante de las tropas internacionales en Afganistán creyeron necesario pedirle a este hombre de 58 años que renuncie a su “Día internacional de la quema del Corán”. Desde su oficina decorada con un cartel de la película Braveheart y una foto del ex presidente George W. Bush, Jones repite a los cientos de medios de todo el mundo que lo han entrevistado que seguirá adelante con su idea...
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