Los investigadores forenses están realizando pruebas de ADN a 2 piernas, 2 brazos y varios restos de torsos encontrados en el interior de un escualo de 3,6 metros, para determinar si pertenecen a algunas de las dos personas denunciadas como desaparecidas en el archipiélago caribeño.
Según declaró Glenn Miller, asistente de la investigación, a la agencia AP no está claro que las víctimas hubieran muerto producto del ataque y no fueran ingeridas por el tiburón de forma posterior, por lo que también existe la posibilidad de que los restos pertenezcan a algún balsero que se dirigiera a Florida.
La directora del centro de estudios sobre tiburones de Princeton, Marie Levine dijo a la agencia que esta especie de escualos goza de una reputación que exagera su instinto de matar, ya que los ataques fatales son relativamente bajos y no suelen alimentarse de presas vivas.
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