Este pasado miércoles José Antonio Baeta, integrante del Ministerio Público (Fiscalía) del estado de Minas Gerais (al sudeste), aseguró que se solicitaron las grabaciones con las declaraciones de Kalil a una radio de Sao Paulo y si se constatan irregularidades sería acusado penalmente y podría perder su cargo.
Según Baeta, Kalil puede llegar a responder en dos áreas, "la penal, tanto por incentivo a la violencia, ahora una figura típica del Estatuto del Hincha, como también por apología al crimen" y además en el ámbito civil en el cual "podría ser destituido del cargo" si se confirma el tono de sus palabras.
La polémica estalló después de que Kalil apoyara explícitamente una iniciativa de un grupo organizado de hinchas, que lanzaron una línea de denuncia para controlar a los jugadores acusados de irse de juerga en Belo Horizonte y decir que "algún golpe" no haría ningún mal en un momento en que el club está a la deriva.
"Ellos (los hinchas) tienen apoyo de la presidencia. Me pareció excelente. Creo que los jugadores tienen que cuidarse. El Mineiro no es un juego. Si ellos (los jugadores) reciben un golpe en la madrugada, eso no va a hacer ningún mal", sostuvo el martes Kalil.
Sus palabras también serán evaluados por el Superior Tribunal de Justicia (STJD) que podría sancionarlo y multarlo con hasta 56.800 dólares.
"Hay que parar con ese negocio de incitación a la violencia, solo a nosotros (dirigentes) nos lo indilgan", señaló posteriormente Kalil, para acotar que si emitiera una ratificación de lo dicho sería apenas para ser "políticamente correcto".
El Mineiro viene de caer 2-3 en casa ante el Sao Paulo y con ello está en el puesto 17º del torneo Brasileño (primera posición de los cuatro puestos sentenciados al descenso), a 21 puntos del líder Fluminense y apenas 4 por encima del farolillo rojo de la clasificación, el Goiás (20º), si bien acaba de comenzar la segunda vuelta del 'Brasileirao'.
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