Perú: ¿Se recompone la izquierda?

¿SE RECOMPONE LA IZQUIERDA?Agenda Política10 de septiembre de 2010

El éxito relativo de Susana Villarán en la intención de voto para la alcaldía de Lima, promueve por estos días el entusiasmo de muchas personas que se reclaman de izquierda y consideran fundamentada su esperanza de redituar el imperio político que tuvo ese sector en nuestro país durante las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado.Claro que definir quién o quiénes eran la izquierda de esos años, nos lleva a un ejercicio kilométrico de evaluación que no precisamente nace de la lupa de aquellos que eran ajenos a las fuentes ideológicas marxistas o las combatían. Todas las revoluciones sociales del mundo posteriores a la rusa de 1917 dieron pie a que en el Perú se multiplicaran como cuyes las tendencias socialistas o comunistas, las cuales sólo coincidieron en el esfuerzo de descalificarse mutuamente y autoproclamarse la verdadera interpretación del pensamiento guía del autor de El Capital.Paradójicamente, fue el escenario democrático el que decantó las verdaderas fuerzas de la izquierda y les abrió un magnífico espacio para consolidarse unitariamente como oferta política de cambio en un régimen de libertades. La Asamblea Constituyente de 1978-1979 dio voz y presencia al FOCEP (con predominancia trotskista), UDP (vertebrada por Vanguardia Revolucionaria y el PCR), PCP-Unidad y PSR (velasquista y luego escindida por una tendencia marxista-leninista).En este periodo surgió la figura ecuménica de Alfonso Barrantes, ex aprista, como articuladora de todos los grupos. Se lanzó la Alianza Revolucionaria de Izquierda (ARI) que no llegó a cuajar para las elecciones de 1980. El triunfo de Barrantes en las municipales de Lima de 1983 con el movimiento Izquierda Unida revitalizó las expectativas pero su derrota en las generales de 1985 empezó a socavar el frágil entendimiento. Barrantes fue trajinado nuevamente en los comicios ediles de 1986 sin éxito y la IU dio inicio a su debacle junto a la caída del muro de Berlín en 1989.Hoy, al amparo de la emergencia izquierdista en América Latina – llena de matices – se cree llegado el momento de volver a la palestra. Es posible pero todo dependerá de la capacidad de cesión de los liderazgos, eterno problema de estos ciudadanos.¿Se someterá Ollanta Humala, por ejemplo, al influyente papel que tendría en la izquierda Marco Arana (quien lo califica de violador de derechos humanos) en caso triunfe su socia Villarán? ¿Calmaría sus ímpetus faccionalistas Javier Diez Canseco y se sumaría a una mandada al diablo de la izquierda peruana al impresentable Hugo Chávez, su generoso anfitrión en el palacio de Miraflores de Caracas?Sí, hace falta una sólida organización de izquierda en nuestro medio. Pero las caras conocidas no inspiran para nada confianza respecto a su próxima entrada en vigencia.