Children
Fernando Rospigliosi, publicista de Susana Villarán, le ha recomendado que su principal oferta debe ser la atención preferencial a los niños.
La idea es emular a Alfonso Barrantes quien utilizó este tema magistralmente en 1983 ofreciendo el millón de vasos de leche y venció.
Susy adereza el consejo añadiendo aportes biográficos y se presenta como maestra y mamá gallina.
Su carrera magisterial ha sido mediana. Tanto es así que sigo esperando un comunicado público de algún grupo de alumnos que pasaron por las aulas de Villarán. Que ningún ex pupilo exprese su respaldo a la campaña electoral de su maestra es una demostración de que no dejó huella en el estudiantado.
Por otro lado, el Colegio que más conoce es el barranquino Los Reyes Rojos donde han estudiado sus sobrinos y nietos. Es de conocimiento público que esa escuela es privada y exclusiva.
En toda familia hay una mama gallina. Es la persona que siempre está en disposición de recibir en su casa a los parientes que necesitan consuelo y a los sobrinos y nietos que necesitan un hogar estable.
Villarán lo intento pero no pudo ser mama gallina. Para empezar, como gitana se ha mudado muchas veces de domicilio. En segundo lugar, por sus recargadas labores en la militancia política nunca permaneció en su lar.
Su cuñada, la pintora Gredna Landoldt Pardo me contó que muy pocas veces le confió a sus hijos. Asimismo, me confesó que no votaría por ella.
Su yerno, que es antropólogo, reconoce que Susy ayudó en la crianza de sus dos críos. Sin embargo, solo de manera subsidiaria porque él y sus progenitores también hicieron lo suyo.
A su sobrina Micaela Wensjoe quien nació huérfana, nunca le falto nada porque la familia paterna sufragó sus gastos. Además, su hermano Álvaro se caso con Viviana Wensjoe.
Lo cierto es que las dos cargas permanentes de Susy han sido su marido Manuel Piqueras y su hija Soledad.
Por lo tanto, la verdadera especialidad de Villarán no son los niños. Susy es una experta en depresión de adultos y farmacodependencia.