La publicación de la autobiografía de la ex rehén de las FARC despierta críticas entre quienes simpatizaron con Ingrid Betancourt o compartieron su cautiverio. Los libreros se preguntan además si podrán vender los ejemplares depositados por los distribuidores.
Hay gran distancia entre el índice de popularidad de Ingrid Betancourt durante su secuestro y después de su liberación. La ex candidata presidencial contaba con el apoyo de una cantidad considerable de seguidores que tenían mucha fe en su futuro profesional incluso después de su rescate.La gran mayoría de los colombianos y, el mundo en general, quedó conmocionada ante los hechos que se han venido acumulando desde julio de 2008 cuando recuperó su libertad. La separación de su esposo, la demanda de indemnización que le hizo al gobierno colombiano por daños y perjuicios -6.5 millones de dólares-, el haber escrito su primer libro en francés, entre otros, dejaron cierta decepción.Tanto amigos como compañeros que la conocían de cerca han afirmado que la colombo-francesa cambió mucho su espíritu y se ha convertido en una mujer fría y calculadora.Así lo manifiesta su compañera de cautiverio, Clara Rojas, quien hace poco publicó también la reseña de su secuestro y se refiere siempre a Ingrid con respeto. “Yo me siento traicionada”, dice después de haber leído el libro de Ingrid. “Cuando vi lo que escribió de mí me sorprendí. Me desveló y en la madrugada me levanté a repasar el capítulo de mi libro; lo que yo escribí sobre ella. Y vi que me refería a ella con tal respeto que no entiendo de dónde nace lo que escribe de mí”, declaró al diario El Clarín de Buenos Aires...
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