EL TIMÓN DEL PPC
Es de suponerse que con el debate de hoy entre las candidatas con más opción para ganar la alcaldía de Lima, se cierre el ciclo de la campaña electoral capitalina en sus líneas esenciales. Lo que se diga o haga hasta el sábado próximo, no alterará el ánimo ciudadano luego de ver a Lourdes Flores y Susana Villarán en el trance de polemizar sobre sus propuestas, ideas y – por qué no – biografías políticas.Ello no oculta, ciertamente, la combinación de suerte y proeza que alumbra hasta el momento el buen destino de Villarán, quien se ha visto impulsada en pocas semanas del rubro “otros” hacia la primera línea de la disputa edil. Suerte porque la tacha a Alex Kouri giró la vista de los electores a una alternativa para Flores, le granjeó el apoyo del comunicador televisivo más influyente (Jaime Bayly) y duplicó su presencia mediática. Proeza porque a la par de su buen desempeño estratégico-electoral, ha solapado ante muchos votantes sus posturas bipolares frente los hospitales de la Solidaridad, las cargas tributarias a los taxistas y el peso del SUTEP en su posible gestión municipal.Sin embargo, ese buen destino de Villarán no lo vemos todavía reflejado en la intención de voto a favor de los aspirantes a las alcaldías distritales limeñas de Fuerza Social. Ninguna encuesta registra el “efecto arrastre” de esta candidata en Lima. Mal podríamos decirlo de quienes llevan la Camiseta de FS en las provincias del interior, porque carecemos del cuadro estadístico pertinente. Sin duda, un éxito relativo del partido de Villarán en el resto del país apuntalará su no tan secreta intención de consolidarse en las elecciones generales del 2011 como la verdadera expresión de la izquierda peruana.Lo que se aprecia más bien es que los candidatos del PPC sí tienen una ventaja sólida en por lo menos diez comunas distritales capitalinas. Le siguen Cambio Radical de Kouri (con varios ex pepecistas) y Somos Perú. Esto adelanta un cuadro donde Villarán – si ganara – no contaría con pares menores de su propia tienda política. Por lo tanto, queda obligada a entenderse con los burgomaestres de partidos ajenos en las líneas de acción común que tendrán ellos con la municipalidad metropolitana.En esta hipótesis, el PPC conservaría el timón de la tarea edil en Lima aunque Flores Nano resulte derrotada (y, según sus propias palabras, retirada de la vida política), un ámbito desde el cual está obligado a renacer forjando nuevos liderazgos, planteándose seriamente cómo se articula con otro estilo menos ampuloso y vuelve a abrirse paso en nuestro escenario político. Gran reto para el partido de Luis Bedoya Reyes.