Piqué libró un duelo muy duro con Komilenko
Decididamente, el Rubin Kazan no le conviene al Barcelona FC. Tal como sucedió durante la fase de los grupos el año pasado, el gigante europeo no pudo vencer a los campeones de Rusia el miércoles en Tatarstán. Superado en el marcador durante una buena media hora, el Barça pudo escapar de la trampa rusa y logró el empatar (1-1). Pero podría haber sido derrotada como consecuencia de un cabezazo de Obafemi Martins que dio en el poste (87’).Con el Barça, los partidos no se parecen unos con otros. Por último, si se parecen a algo es a un partido de balonmano, como sucedió en el partido contra el Rubin, equipo que decidió erigir un muro con once jugadores en los últimos veinte metros. Esta estrategia dio sus frutos en el primer tiempo, pues los rusos fueron favorecidos por un penalti concedido por Daniel Alves (30’), luego de una de las raras incursiones de los oponentes. En un estadio Tsentralnyi repleto de espectadores, Noboa lanzó el penal y abrió con sangre fría el marcador. Golpeado, el Barcelona FC retomó su esquema de juego inicial, con muy pocos resultados. Y fue solo gracias a un indiscutible penalti (60’) que David Villa marcó el gol número 400 del Barcelona en la Copa, justo antes que Lionel Messi (61') hiciese su ingreso. Ausente durante diez días a causa de una lesión al tobillo, el argentino recuperó rápidamente su juego. Ubicado en el puesto del Nº 10, detrás del trío compuesto por Iniesta-Villa-Pedro, Messi creó varias ocasiones, incluyendo el mano a mano frente a Ryzhikov (71) que no pudo aprovechar o el cabezazo, por encima, luego del centro de Maxwell (83’0). Eric Abidal que figuraba como suplente, no ingresó.Vía L’Equipe