El comandante de la Policía ecuatoriana, Freddy Martínez, renunció a su cargo este viernes luego de la revuelta por parte de miembros de la corporación.
En una conferencia de prensa, Martínez dijo que la sublevación y las protestas de cientos de policías, así como la agresión al presidente Rafael Correa, constituyeron un acto de “irrespeto”.
El ahora ex jefe policial dijo que la Policía está obligada a mantener la seguridad por lo que no se puede involucrar en desórdenes.
“Un comandante irrespetado, un comandante maltratado, agredido por sus subalternos, no puede quedarse al frente de ellos”, dijo Martínez.
En las protestas de este jueves, algunos policías agredieron a Correa, quien luego fue retenido en un hospital de la corporación policial. El mandatario, que primero ordenó al Ejército no intervenir para no causar derrames de sangre, fue finalmente liberado en un operativo violento.
Correa informó que por lo menos 27 miembros del equipo que lo rescató resultaron heridos. Asimismo, anunció una depuración en los cuerpos policiales de todo el país. Sin embargo, no informó si cambiará algunas de las medidas que recientemente aprobó el Congreso de su país y que provocaron la insurrección del jueves.
Entre esas medidas, el gobierno quitará algunos beneficios como bonos y condecoraciones a los policías y miembros de las fuerzas armadas.
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