Columna: Agenda Política Título: Voto a voto Por: César Campos R. Muy grandes y complejos escenarios dejan abiertos los resultados parciales de las elecciones regionales y municipales realizadas ayer, sólo conocidos por el sistema de conteo rápido. Aunque algunos triunfos rotundos exoneran los desenlaces de infarto que tendrán otros luego de algunos días de paciente espera. Previamente, es necesario destacar la extraordinaria y óptima labor realizada por la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) en cuanto a organización, transparencia y fluidez de los comicios que ha permitido un balance bastante positivo de los mismos. Este organismo electoral – bajo el comando de Magdalena Chú desde el 2005 – ha llevado adelante innumerables procesos cuya limpieza jamás ha sido objeto de duda o impugnación. Importante hacer esta referencia ante la grosera insinuación del regidor de Lima electo por Fuerza Social, Eduardo Zegarra, anoche en canal 4, dando a entender que la ONPE estaría actuando por “órdenes de arriba” (léase el Poder Ejecutivo) contra los intereses de su rancio movimiento político. Esencialmente el cuadro de afirmación de las candidaturas ajenas a los grandes y antiguos partidos nacionales en las presidencias de región, confirma el amplio espacio dejado por ellos a las facciones locales, algunas en franco crecimiento hacia otras jurisdicciones como es el caso de Alianza Para el Progreso del reelecto alcalde de Trujillo César Acuña. Y Trujillo nos recuerda otro rotundo fracaso del Partido Aprista en las elecciones de este nivel. No recuperar para su dominio político la plaza que es cuna y tumba del fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, así como su debacle en otros territorios del norte, constituye uno de sus hándicaps más claros con miras a las elecciones generales del 2011. En el caso de Lima se demuestra, una vez más, que algunas encuestadoras no llevan de la nariz a nadie con sus sospechosas proyecciones previas. Segundo, que el voto aluvional para Susana Villarán sólo tuvo bases emotivas y muy poco de programáticas. Villarán fue mejor candidata que Lourdes Flores en la corta etapa posterior a la tacha de Alex Kouri, sumó los votos de éste de manera inusitada, desplegó más ganas y energías, contó con el apoyo singular y efectivo de Jaime Bayly, posicionó una imagen renovadora. Flores Nano apenas pudo desaletergarse la última semana (tras la difusión del cuestionable “poto-audio” que la dejó en shock), infligiéndole a Villarán una severa derrota en la polémica final, acopiando las contradicciones de esa candidata y su poca claridad para dar cuenta de varias propiedades. Ahora falta esperar los resultados voto a voto que hasta en los Estados Unidos hubo de aguardarlos durante las elecciones presidenciales del 2000. No hay nada de extraño en este recuento cuando los comicios son reñidos. La democracia también exige paciencia, sensatez y que nadie se autoproclame por anticipado.