Indiscutiblemente Lourdes Flores encaró el tramo final de campaña como corresponde, y fue una lección de cómo hacer política. Remontar una brecha de 15 puntos en cinco días es una tarea muy difícil, que Lourdes pudo hacer en base a talante y talento. Si el debate hubiera sido el Domingo o el Lunes a una hora más estelar, 8 de la noche por ejemplo, en estos momentos Lourdes Flores sería alcaldesa de Lima.
Sin embargo el tiempo no le dio la holgura suficiente para convertir a la brecha en favorable y así hacerse de la victoria. La tendencia se mantiene firme, centésimas más, centésimas menos, en todo momento favorable a Susana Villarán.
Es por tanto el momento de hacer digna la derrota y reconocerla. De nada vale aferrarse a leguleyadas ni agotadoras empresas que nacen de la fiebre empecinada de algunos de creer que, en base a actas impugnadas, van a poder voltear el resultado electoral.
Los políticos son derrotados una y mil veces. Haya de la Torre es un ejemplo de talento político que no pudo conquistar una gran victoria presidencial en las urnas. Sea por deficiencias de campaña, sea por robo en las ánforas. Pero eso no le quitó ni un centímetro de talla política.
El problema, en política, no es perder; el problema es entender cómo se pierde.
Lourdes Flores puede y debe entender que la suerte está echada y que aún tiene mucho por aportar a la Política nacional. Ella frisa la misma edad que la mayoría de miembros del equipo de campaña de Fuerza Social. Pertenece a la misma generación etárea de aquellos que recién empiezan a hacer política en el equipo de regidores de Susana Villarán. Mientras ella a su edad ya ha demostrado estar en las grandes ligas, otros recién se inician como regidores. Así que hay mucho futuro por delante. No hay por qué retirarse de la vida activa y apasionada de la política.
Sí, en cambio, es importante reconocer la derrota. Ello será digno y propio de una mujer de Estado. Lo contrario transformará una derrota digna en una inmadura frustración.Fuente: Mate Pastor