Como primera medida 46 efectivos, entre los que se incluye a oficiales, fueron detenidos para indagar su participación en la sublevación del jueves pasado. El gobierno ecuatoriano intentará ahora ir detrás de los cabecillas los que serán sancionados con “con toda la firmeza de la ley”, dijo el mandatario.
No habrá perdón ni olvido, dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa a la hora de referirse a los presuntos cabecillas de la rebelión policial que el jueves pasado mantuvo en vilo a Ecuador y que el mismo mandatario ha calificado como un verdadero golpe de Estado.“Hay que depurar la Policía, hay un núcleo duro que hará cualquier cosa para seguir mandando en el país y hacer lo que se les de la gana, tenemos que sancionarlos con toda la firmeza de la ley”, dijo el presidente en una conferencia de prensa en la casa de gobierno.La depuración a la que hace referencia Correa comenzó este miércoles con la detención de los 46 policías sospechosos de estar implicados en los hechos, los que fueron identificados por una grabación en donde queda al descubierto no sólo la intención de la sublevación, sino que también la incitación al asesinato del presidente Correa. Complementariamente se adoptaron otras medidas como el retiro de las armas a los policías motorizados y la apertura de expedientes administrativos disciplinarios por mala conducta...
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